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'¡Corre, corre, que se está quemando!', gritó a las 3:45 de la madrugada de ayer Yadibis Ibarra, cuando las llamas la despertaron a ella y a su familia, que dormían en su casa, en la carrera 14C #45-06 del barrio Tajamares II, de Soledad.

'Nosotros estábamos durmiendo cuando sentimos el fogonazo. Enseguida mi hermano Ervin y mi esposo empezaron a sofocar las llamas para que no pasaran al otro lado de la casa, donde estaban durmiendo los niños. Pero mi otro hermano, Estewin, no se puede mover por sí solo, así que tocó socorrerlo', relata la mujer mientras observa las paredes negras consumidas por el incendio.

Estewin Ibarra Castillo, de 32 años, está en una silla de ruedas desde hace dos años tras sufrir una herida de bala. 'Esta es la segunda vez que se salva de morir porque ya le habían disparado. Él quedó vivo de milagro, pero se halla discapacitado. Anoche gritó: pilas, que nos quemamos, y cuando entré estaba tirado. Las llamas bajaban y subían. Se alcanzó a quemar', agrega Yadibis.

La primera vez que estuvo en situación de riesgo fue cuando tuvo una discusión con un vecino del sector. 'El primer hecho fue porque peleé con un muchacho que se crió conmigo, que le gustaba robarle a los vecinos, y como estaba drogado, comencé a darme trompadas con él. Yo sentí que sacó un revólver, me pegó un tiro y me jodió la columna. Tengo un nervio afectado. Duré 45 días en UCI', recuerda Estewin.

Asegura que el incendio se originó porque unas personas, 'que ya tenemos identificadas', arrojaron a la casa una botella con gasolina para prenderles fuego. 'Nosotros ya sabemos quiénes fueron, pero no podemos decir nada todavía', agrega.