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'Me indigna la sevicia de darle a una persona con el pelo ya blanco un veneno que podría dejarla sin despertar... Todo por plata', exclama Marlon Charris, hijo de Marina Guette. La mujer, de 77 años, fue víctima de una joven delincuente que le dio escopolamina para someterla a su voluntad. 

El 'ángel del hogar', como llamó Marlon a su mamá, fue víctima de este ataque para robarle la plata con la que pagaría el impuesto predial: $1.400.000. 

'No miden el perfil de la persona. A esa edad ya no hay fuerza ni reflejos, con un empujón ella soltaba la cartera', dijo Orlando, otro de los 11 hijos de la mujer, apostado en las afueras de la Clínica Altos de San Vicente. 

En este centro asistencial fue atendida la señora inicialmente y en la tarde de ayer fue remitida al Hospital Metropolitano para que fuera revisada por un toxicólogo. 

El robo

Marina Guette Torres salió de su casa en el barrio Santuario a las 1:15 de la tarde del miércoles. 

'Se fue sin almorzar porque iba y venía rápido', detalló Marlon. 

Tomaría un colectivo rumbo al Banco Popular que queda en el Centro de Barranquilla. Allí cobraría la mesada que recibe del programa Adulto Mayor. Normalmente iba acompañada de su sobrino, pero este comenzó sus prácticas en una empresa y no se encontraba en casa. Después de reclamar el dinero, iría a la Alcaldía, donde pagaría el impuesto predial. 

Marina alcanzó a cobrar la mesada y de ahí no recuerda más nada.

Se presume, de acuerdo con la información que ha dado en el tiempo que ha estado consciente, que en este momento fue cuando le suministraron la droga que la afectó. 

'Dijo que le ofrecieron un descuento en el catastro si pagaba el impuesto por la Circunvalar', explicó su hijo Orlando.

Luego, de acuerdo con los allegados, Marina fue llevada a las afueras de un conjunto residencial ubicado en la carrera 51B con calle 94. Allí se encuentran varios negocios, entre estos una peluquería, una papelería y una tienda. 

Los administradores aseguraron, según los hijos de la mujer, haber visto lo que sucedió. 

No obstante hay versiones encontradas. Una mujer que labora en la peluquería asegura que la víctima llegó de la mano de dos jóvenes. Una de ellas llevaba puesta una camiseta 'con el logo de la Alcaldía'. 

El tendero, por su parte, afirma que solo eran las dos, es decir Marina y la delincuente. En su local las dos mujeres compraron jugos y galletas integrales. 'La señora se veía en sus cinco sentidos, ella pagó con un billete de 50', anotó el tendero, según los hijos de la mujer. 

Ambas se sentaron afuera de la tienda. De acuerdo con el relato del tendero, a los cinco minutos la delincuente dijo en una voz sospechosamente audible: 'Bueno mami, espérame aquí, traigo eso y no me demoro'. 

Uno de los trabajadores de la tienda notó que Marina no se movía y que su cabeza reposaba sobre el apoyo de una silla. 

A las 3:25 de la tarde los familiares recibieron un llamado explicando lo sucedido. 

'Mi madre es una persona que siempre ha sido muy independiente. Para ella era un gran logro hacer esa diligencia sola y por eso no le dijo a nadie', dijo Marlon lamentándose y asegurando que ha aprendido una lección valiosa: no dejar salir sola a la mamá. 

Aparte, los hijos de la señora pidieron el apoyo de las autoridades para iniciar una investigación.