A las 3 de la madrugada de este domingo fue asesinado a golpes, pedradas y cuchillazos, Moisés Elías Torres Lascarro, de 49 años, en la carrera 21A con calle 35, barrio Montes.
Todas estas heridas fueron propinadas, de acuerdo a versiones que manejan las autoridades, por un insulto.
‘Moi’, como era conocido por sus allegados se dedicaba a la mecánica automotriz en un puesto informal en el barrio La Arboleda, donde residía.
Torres Lascarro presentaba cinco anotaciones judiciales: dos por porte de estupefacientes, dos por lesiones personales y una por daño en bien ajeno.
Sin embargo, vecinos del sector conocía a ‘Moi’ desde otra perspectiva. 'Era un hombre tranquilo y no era propio de él insultar a desconocidos o formar pelea detrás de nada', dijo una mujer quien prefirió no dar su nombre porque teme por su seguridad ya que la localidad donde vive 'esta invivible con los atracos'.
Jesús Jiménez, ahijado de la víctima, relató que a las 9:00 de la noche del sábado se estaban tomando en una tienda en la calle 35 con carrera 22.
El joven se separó de su padrino con la promesa de reencontrarse en el mismo lugar para que este lo acompañara a caminar a su hogar.
Dos horas después Jiménez volvió a la tienda para ver a su padrino quien ya estaba bajo los efectos del licor.
Juntos caminaron hacia la casa del joven en el barrio Montes a las 11 de la noche.
Se separaron por última vez en la esquina de la carrera 21A con calle 35. Jiménez emprendió su camino de regreso a casa mientras Moisés se quedó en el lugar.
Las autoridades manejan la versión que tres hombres, quienes no han sido identificados, caminaban por la vía y cruzaron su rumbo con el de Torres.
Según la Policía, la víctima de homicidio les grita un improperio, provocando la ira de los tres hombres. Una riña comenzó entre las dos partes, pero la superioridad numérica fue demasiada para Moisés, quien cayó al suelo.
Allí recibió dos puñaladas en el pecho y heridas en la frente, nariz, cuello y cráneo que acabaron con su vida instantáneamente. Los sospechosos huyeron, dejando en el lugar las piedras que utilizaron para golpearlo.
A las 2:30 de la madrugada Jiménez recibió un llamado a su puerta. Vecinos le informaban que su padrino había fallecido tras una riña a pocas cuadras de su casa. Al llegar al lugar corroboró la realidad.
'Él era como un padre para mí', afirma Jiménez quien a las afueras de las instalaciones de Medicina Legal aún se pregunta qué pasó en esas dos horas en las que estuvo en su hogar, lejos de su padrino.
Vecinos del barrio Montes afirmaron que el fallecido había tenido una discusión con un comerciante hace unos días. Entre insultos, el difunto habría sido amenazado por este hombre.