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Un joven de 18 años, identificado como Yeison Alberto Alvarado Medina, fue asesinado de un balazo durante la tarde del lunes, en el barrio Sourdis, suroccidente de Barranquilla. No fue el azar quien le quitó la vida ni el destino el que se lo ofreció a la muerte. De acuerdo con investigadores judiciales, un hombre a bordo de una moto lo despojó de su humanidad con un disparo en la cabeza por un presunto ajuste de cuentas entre pandillas del sector. Una supuesta guerra que hace mucho convirtió las piedras en balas.

Alvarado Medina es señalado por la Policía y su familia de ser integrante de la pandilla ‘los Galácticos’, reagrupada hace dos años por cerca de 24 jóvenes y menores de edad que frecuentan barrios del suroccidente, principalmente El Bosque. El lunes a las 4:30 de la tarde departía con amigos en la carrera 9C No. 95, a un lado del caño por donde corre el arroyo de Las Malvinas. Estaba sentado en un muro de concreto que tenía dibujado el nombre de la pandilla, comiendo mango biche, cuando los hombres a bordo de la moto se acercaron a él y uno le disparó. La bala lo atravesó, la sangre cayó junto con lo que le quedaba de vida. Sus amigos los trasladaron en una motocicleta al Camino Bosques de María, pero por la gravedad de la herida fue remitido al Camino Adelita de Char. Falleció a la 9:30 de la noche.

Alvarado era el mayor de tres hermanos. Desde diciembre se había ido de su casa en La Manga, donde convivía con su abuela materna Carmen Medina, su madre de crianza, para vivir con su nueva novia en Las Malvinas.

En las afueras de Medicina Legal su padre, Leonis Alberto Alvarado Peralta, de 42 años, comenta que su hijo nunca manifestó estar amenazado o tener problemas con alguien.

'Sé que andaba en bandas y todo eso, que le gustaba ponerse a tirar piedras y demás cuando llovía. Muchas veces le pedí que dejara esas andanzas', asegura.

Su familia lo recuerda como una persona alegre, que solía gustarle las fiestas con picós. Siendo menor de edad, dos veces fue llevado a la UPJ por reñir con la Policía.

'Un vez le pregunté ‘¿por qué te pones a tirar piedras?, ¿qué sientes’? y me dijo que se sentía chévere. Le dije que nada, esas son loqueras', evoca Medina, de 59 años, al lado de Alvarado.

Pandillas

De acuerdo con una fuente de la Policía, en el suroccidente de Barranquilla hoy están identificadas cerca de 52 pandillas, de las cuales ‘los Catré’, ‘los Cristianos’ y ‘los Paragüitas’ son las que más repercusión tienen. En octubre de 2016 el conflicto entre estos grupos se vio reflejado en un mayor número de riñas y la muerte de tres jóvenes.

El último de estos casos, la muerte del adolescente Rony Alberto Aguirre, integrante de ‘los Paragüitas’, se produjo el 21 de octubre por diferencias entre estos y ‘los Galácticos’, cuando el joven se disponía a entregar el pésame en el velorio de Bella Rosa Celín, vinculada al segundo grupo y también asesinada.

De acuerdo con Medina, su nieto fue, al menos, amigo de Bella Rosa. 'Recuerdo que en octubre pasado él me comentó que habían matado a una noviecita, pero que no pudo ir al sepelio porque estaba trabajando, sé que era de una pandilla', dijo la abuela sin especificar el nombre de la mujer.

Agrega que la última vez que lo vio con vida fue el viernes en la mañana, cuando este llegó de una fiesta a su casa y le pidió que buscara el último boletín académico porque 'quería terminar los dos años escolares que le faltaban para graduarse como bachiller'. Quizás quería labrar un mejor futuro, pero la muerte lo alcanzó de forma violenta.