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El asesinato del ganadero Fernando César Cepeda Vargas parece que aún no podrá esclarecerse. Por lo menos, por ahora, luego de que se conociera este jueves la decisión de la Fiscalía Décima de la Unidad de Derechos Humanos de precluir el proceso penal que vinculaba a Silvia Gette Ponce, exrectora de la Universidad Autónoma del Caribe, como supuesta determinadora del hecho ocurrido en agosto de 2003 en Barranquilla a manos de integrantes del frente José Pablo Díaz de las AUC.

El mismo calificativo del ente investigador estuvo a favor de María Paulina Ceballos Pardo, viuda de Cepeda, a quien se le vinculó en 2014 al proceso luego de que exparamilitares la señalaran como otra presunta 'determinadora' del asesinato de su esposo aunque, curiosamente, era víctima y denunciante.

De acuerdo con el abogado Miguel Del Río Malo, representante de Ceballos Pardo, las 'razones fundamentales' por las que la entidad de la rama judicial decidió clausurar el proceso fueron las declaraciones de dos postulados de Justicia y Paz de los exparamilitares Luis Barrios Alemán, alias Saya, y Eliecer Ramón Orozco, alias Coche Bala, en las que manifestaron, desde mayo de 2016, que habían recibido sobornos con el propósito de inculpar a Ceballos del asesinato de su esposo.

'En esa declaraciones establecían las formas cómo los había abordado una funcionaria de Policía Judicial de la Fiscalía (Décima de Derechos Humanos) para pagarles con la finalidad de que cambiaran la versión, y dijeran que María Paulina había asesinado a su propio esposo. Ese fue el punto de quiebre del expediente y del proceso. Eso generó la preclusión de hoy', explicó Del Río.

Frente a la decisión de la Fiscalía para sacar a Gette del proceso, el profesional del derecho manifestó que 'estudiaremos el calificativo', aunque reconoció no conocerlo, con el objetivo de una apelación.

Agregó que regresarán al proceso 'como víctimas' para establecer quién fue el determinador del asesinato de Fernando Cepeda.

La muerte de Cepeda

Iba sobre la avenida Circunvalación en un modesto Chevrolet Swift color blanco, de placas EUR-371, cuando dos sujetos en moto lo interceptaron a la altura del barrio El Pueblo y, en pleno movimiento, le asestaron un balazo en la cabeza. Testigos trataron de ayudar a la víctima, sin embargo su muerte se produjo cuando apenas entraba tomada de manos y pies al hospital San Camilo, también en el suroccidente de Barranquilla.

Los hechos corresponden al asesinato del ganadero y arquitecto Fernando César Cepeda Vargas, ocurrido el 22 de agosto de 2003. Ese día, viernes, Cepeda retornaba a las 4 de la tarde de Sabanalarga, su tierra natal, luego de pasar la mañana en su hacienda al lado de una amiga y de su esposa, María Paulina Ceballos.

Ocurrido el asesinato, poco fue lo que se alcanzó a indagar en torno a sus autores. En ese momento en la ciudad campeaban la corrupción y el paramilitarismo, por lo que era casi imposible dar con el esclarecimiento de un homicidio. Por el oficio de Cepeda, muchos pensaron que su muerte se trataba de un hecho relacionado con sus actividades.

Al mes de la muerte de su esposo, María Paulina Ceballos fue a la Fiscalía a preguntar sobre el caso y el Fiscal asignado le contestó que este se encontraba cerrado y 'que no había nada que hacer'.

Por años, la investigación del homicidio de Cepeda se mantuvo estancada y solo hasta 2011, cuando dos exmiembros de las Autodefensas revelaron en una audiencia de Justicia y Paz quién fue el supuesto autor intelectual del atentado contra el sabanalarguero, la Fiscalía retomó el caso.