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Daniela Dayanis Pinto Lozada fue una de las 227 personas reportadas a las autoridades como desaparecidas durante el año pasado, en el Atlántico. Ella es una de los pocos casos de desaparición forzada confirmados en los últimos cinco años en el departamento, al ser víctima del accionar de la banda criminal ‘los Costeños’.

Pinto (19 años) fue descuartizada por integrantes de ese grupo en el sector barranquillero de Bendición de Dios. Las autoridades no han logrado ubicar sus restos.

Sin embargo, no todas las denuncias pueden catalogarse como desapariciones forzadas, como se denomina este delito según la ley penal colombiana. Un funcionario judicial explica que más del 60% de los casos acaban siendo 'ausencias voluntarias o involuntarias'.

Las causas varían: problemas familiares o de pareja, que incluyen discusiones entre padres e hijos; deudas económicas, para evadir la obligación con prestamistas o el pago de manutención a exparejas e hijos.

'Estamos recibiendo muchos reportes de adolescentes, en especial mujeres, que se van de la casa porque no les dejan salir o quieren irse con los novios, o simplemente se aburren de permanecer en sus hogares porque no estudian y tampoco ocupan el tiempo', explicó el experto.

En las ausencias involuntarias, los afectados son adultos mayores con alzhéimer o parientes que padecen trastornos mentales. 'Sucede cuando se les permite salir de la vivienda o simplemente ellos se van solos y nadie se percata, sino hasta la hora de la comida o irse dormir'.

Todas las denuncias nutren el Sistema de Información Red de Desaparecidos y Cadáveres (Sidrec), que desde 2012 refleja un comportamiento variable en el número de reportes de desaparecidos, que totalizan 1.066. De estos, 368 personas continúan extraviadas, 92 fueron encontradas muertas y 606 aparecieron con vida.

El investigador consultado insiste en que la mayoría son ausencias voluntarias y hasta ahora no hay evidencias de que alguno sea una desaparición forzada. 'No hemos recibido el primer caso', advierte en referencia a las 39 denuncias presentadas este año, de las cuales, cinco de esas personas fueron halladas muertas.

Así ocurrió con Francisco Martelo, cuya familia denunció el 16 de diciembre anterior que no conocían su paradero. El 12 de enero, casi un mes después, fue encontrado muerto en un sector enmontado del barrio Ciudad Camelot, en el municipio Soledad.