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El drama y la incertidumbre que viven las 370 personas estafadas por la firma Global Brokers en el Atlántico parece no tener final. Así lo asegura Nuris del Carmen Ealo Mendoza, una estilista a quien le 'robaron' 85 millones de pesos, y que no sabe si podrá recuperar su plata.

La mujer, de 52 años, recuerda que intentó suicidarse en varias ocasiones al enterarse que había sido estafada por los directivos de Global Brokers, porque sus familiares la culpaban de lo sucedido.

'Intenté suicidarme tomándome un veneno porque mi familia no estaba conmigo en esos momentos, me culpaban porque les había entregado la plata'.

Con la intención de recuperar el dinero que le habían 'robado', dice la mujer, fue hasta la casa de la mamá de Cristian Yurgaky Rey a 'suplicarle' para que le dijera a su hijo que le devolviera los 85 millones, de pesos, dinero que fue producto de la venta de su casa.

'Cuando por fin logré que Cristian Yurgaky me atendiera, me aseguró que me iba a devolver mi dinero porque no se había robado ni perdido, y que a las demás personas también les iban a devolver su plata', manifiesta la estilista.

Le pegaba a las mujeres

Nuris del Carmen asegura que conoce a Yurgaky desde que estudiaba en la universidad, y porque además ella era la que lo 'peluqueaba'.

'Me enteré que Cristian Yurgaky es un hombre que le gusta pegarle a las mujeres, y después que les pegaba las contentaba al día siguiente regalándoles carros últimos modelos, dinero y hasta joyas'.

Tras entregarles dos cheques por 85 millones de pesos, asegura la estilista, los directivos de la firma le pidieron tres meses para hacer la 'negociación' con el banco y posteriormente le pidieron otros tres meses, pero finalmente nunca le cumplieron con el negocio que le propusieron que era una casa ubicada en la carrera 43 con calle 82 que, supuestamente, se encontraba en remate.

Murió de un infarto. Martha Luz Pérez fue una de las más de 60 personas que se hicieron presentes en el Centro de Servicios Judiciales donde se llevaron a cabo las audiencias preliminares en contra de seis de las siete personas capturadas y procesadas por los delitos de estafa agravada, concierto para delinquir, captación ilegal y falsedad en documento privado.

La mujer asegura que en abril de 2014 la firma Global Brokers les ofreció, a ella y a su esposo Juan Altamar Barrios, una casa en remate en el barrio Las Mercedes, por 75 millones de pesos.

'Nos dijeron que a los seis meses nos entregaban la casa a paz y salvo. Pasó ese tiempo y nos decían que todavía no la podían conseguir en la sesión de derecho, que nos iban a dar un cambio de garantía como le decían ellos, pero les insistimos en que queríamos era esa, entonces nos mostraron la casa pero nos dijeron que no podíamos llegar porque después se dañaba el negocio, pero así era que nos tenían tramados', dice Marta Luz Pérez.

En vista de que pasaron seis meses de plazo que dieron y no veían que el negocio se concretara, Juan Altamar fue en varias ocasiones a las oficinas de Global Brokers para que le devolvieran su dinero que era producto de la liquidación que le había dado la empresa en la que laboraba.

'Mi esposo ya no dormía, cada rato iba a la oficina para que le entregaran su dinero, pero le decían que mañana, que pasado, hasta que su corazón no aguantó más y le dio un infarto el 9 de marzo de 2015, y murió'.

'No es incumplimiento'

En concepto del representante de víctimas, el abogado Agustín Echeverría Castro, lo ocurrido con las hasta ahora 370 víctimas de la empresa Global Brokers es estafa y no incumplimiento de contrato, dados algunos actos que tienen que ver con supuestos acuerdos de voluntad entre los directivos, personal de la empresa y las víctimas.

'Podría pensarse que la situación jurídica es de carácter civil y por ende la conducta de aquellos quedaría en el plano contractual, pero el asunto toca las puertas del delito, por varios aspectos, entre ellos que lo prometido a través de la negociación a la que adhería la víctima, era irreal y engañosa'.

Debido a ello, afirma el abogado, de esa manera se hacía incurrir en error a la víctima para que se entusiasmara por la adquisición de una vivienda y desembolsara el dinero con el que al final se quedaba la empresa, sin compensación alguna para la víctima, lo que constituye el delito de estafa.