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Tendidos sobre una cama doble, entre cobijas de rayas cafés y una toalla azul, miembros de la Policía Metropolitana de Cartagena hallaron, a las 4:24 de la madrugada del ayer, los cuerpos sin vida de dos niños que, según las pesquisas, fueron asfixiados por su propio padre.

El doble crimen se registró en la calle Primero de Mayo, en el barrio Líbano, ubicado en la zona suroriental de Cartagena, cuando muchos de vecinos aún celebraban en sus casas el día de la Virgen del Carmen.

La niña de 3 años y su hermano de 10 tenían puestas sus ropas de dormir, por lo que las sospechas de las autoridades apuntan a que fueron tomados por sorpresa.

El general Carlos Rodríguez Cortés, comandante de la Policía Metropolitana de Cartagena, dijo que el padre de los pequeños, Manuel Julio Luna, de 38 años, le hizo una llamada a un conocido tras cometer el doble crimen y le comentó lo que acababa de hacer.

El oficial dijo que, tras recibir la llamada, el amigo de Julio denunció de inmediato lo sucedido a la Policía, razón por la cual una patrulla se trasladó al inmueble.

Cuando los uniformados llegaron a la casa se percataron de que, además de los dos niños sin vida, otros dos hijos de una primera relación del presunto homicida, de 14 y 16 años, también estaban en el inmueble, pero dormían en otra alcoba.

Los adolescentes fueron consultados sobre la muerte de sus dos hermanos paternos, pero, reveló Rodríguez, dijeron que no se percataron de nada porque dormían en otra habitación.

Agentes de la Policía capturaron de inmediato a Manuel Julio Luna, dueño de un café internet, quien no opuso resistencia.

El general indicó que Julio no estaba alterado y que, tras preguntarle sobre las causas que lo llevaron a cometer el crimen, dijo que lo hizo porque la madre de los pequeños había finalizado su relación con él y que, supuestamente, también le manifestó que no le dejaría ver nuevamente a los niños después de una discusión que sostuvieron.

Se estableció que Julio había terminado su relación con la madre de los niños, Julis Paola Yépez Santana, desde hace cerca de un año.

Julio Luna fue puesto a órdenes de la Fiscalía para que responda por los delitos de homicidio calificado y agravado.

Fines de semana

Alfonso Lezama, tío de la madre de los dos niños asesinados, dio a conocer que el ex marido de esta podía ver a los pequeños los fines de semana y estaba con ellos desde el pasado viernes.

De acuerdo con lo expresado por Lezama, cerca de las 11:30 de la noche del sábado, Manuel Julio Luna estuvo en la casa de Julis Paola Yépez, en el barrio San Fernando, e intentó ingresar a la fuerza. Sin embargo, esta no se lo permitió.

Los familiares de la mujer, de 29 años, manifestaron que debido a que no accedió a las pretensiones de su ex marido, Julio subió las escaleras que conducen a su casa, en un segundo piso, e introdujo un papel por debajo de la puerta.

Minutos antes, el hombre también le lanzó algunas piedras pequeñas a las ventanas del apartamento de la mujer. Luego se fue para su residencia, en el barrio Líbano, y horas más tarde se conoció la trágica noticia.

Alfonso Lezama manifestó que su sobrina tuvo problemas frecuentes con el hoy homicida, debido a ataques de celos de éste.

Presuntamente, ella también habría recibido amenazas, por lo que no descartó que el asesinato de sus dos hijos sea producto de una retaliación ante su negativa de no retomar la relación amorosa que sostuvieron por cerca de 10 años.

EL HERALDO intentó dialogar con la madre de los niños, pero se abstuvo de entregar declaraciones.

Julis Yépez arribó a las 2:00 de la tarde del domingo a la sede de Medicina Legal, a bordo de un vehículo negro. Tras bajarse, con un oso de peluche en sus manos, estalló en llanto y se abrazó con sus familiares. Daba gritos desconsolados en los que se refería a la partida de sus dos pequeños.

'No disfruté de ella (su hija de 3 años)', gritaba. También clamaba por su hijo mayor.

Intentó suicidarse

John Jairo Cáceres Luna, hermano materno del señalado homicida, se refirió a lo ocurrido.

Dijo que Julio Luna 'quería mucho a sus hijos', pero se vio muy afectado por la separación.

Según Cáceres, inclusive intentó quitarse la vida hace cerca de cinco meses. Sin embargo, decidió comenzar a asistir a una iglesia de testigos de Jehová porque conservaba esperanzas de regresar con su ex esposa.

Su hermano relató que, en ocasiones, llevaba a sus dos hijos menores a la iglesia y que también había intentado que Julis Yépez retomara la relación por medio de asesorías que le brindaba el grupo de apoyo a parejas de la congregación religiosa.

Julio Luna, según su hermano, la noche del sábado compró diez cervezas en una tienda del vecindario, de las cuales se tomó tres. Ese mismo día había asistido a la iglesia horas antes de matar a sus hijos.