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Las autoridades empiezan a tener claridad sobre por qué el auxiliar de vuelo Alejandro Garrido Molina vivía con su esposa Johana Ramírez Rodríguez y su hijo en Santa Marta, ciudad de donde no eran oriundos y en la cual tampoco tenían familiares cercanos.

Garrido, su mujer y el pequeño completaban 18 meses en esa capital, informó la Policía luego de conocerse el trágico desenlace en el apartamento 302 del edificio Balcones del Sol, en el balneario El Rodadero.

La Policía y Medicina Legal tienen indicios de que en el inmueble Garrido, de 45 años, mató la madrugada del 3 de enero a puñaladas a Ramírez y al niño. Luego se suicidó con un cuchillo.

La presencia de los tres en la Costa, no obstante, habría sido la forma como intentaron evadir las denuncias por el delito de estafa en su contra en Bogotá, como lo informó EL HERALDO en su edición de ayer.

La segunda querella fue interpuesta en marzo de 2013, lo que coincide con el lapso que la familia Garrido tenía viviendo en Santa Marta.

Más de 10 personas han publicado en el perfil del auxiliar de vuelo en Facebook que, para engañarlos, se valió de la empresa que constituyó en 2007 con el nombre Inversiones Seguridad Aerofísica Internacional Safi Garrido y Compañía.

¿Deudas, el motivo?

El informe de esta Casa Editorial coincidió con uno del diario El Tiempo, el cual detalla que a Garrido le figuran tres procesos por estafa y uno por amenazas, y que su esposa estaba vinculada a uno de los casos.

El diario capitalino publicó que, 'al parecer, timaron a varias personas a quienes les vendieron la idea de montar un moderno centro de estudios que nunca arrancó'. Y agregó que 'con el lío judicial a cuestas, hace año y medio la pareja se trasladó a El Rodadero, donde alquiló un apartamento por el que pagaban $700.000 mensuales'.

Lo anterior encaja con una hipótesis que la Policía no descarta sobre los motivos de Garrido para tomar la fatal decisión de matarse, no sin antes arrastrar consigo a su esposa y al pequeño.

'Es posible que tuviera deudas', dijo el 6 de enero el coronel Francisco Gélvez Alemán, comandante operativo de la Policía Metropolitana en Santa Marta.