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Barranquilla se ha convertido en una ciudad en donde conseguir un arma de fuego, original o hechiza, es tan fácil como comprar un producto de primera necesidad en el hogar. Esto no es un secreto, mucho menos para las autoridades policiales que a raíz de esta situación decidieron diseñar estrategias a efectos de reducir la circulación y la tenencia de armas en la capital del Atlántico.

Desde el comando de la Policía Metropolitana se ordenó entonces intensificar los operativos para decomisar las armas que no estaban amparadas con salvoconductos, la mayoría de las cuales se encuentran en manos de la delincuencia. El objetivo del Plan Desarme que realizó la Metropolitana a lo largo del año pasado era disminuir los índices de criminalidad en la capital del Atlántico, tal como lo explicó en su oportunidad el entonces comandante de esa institución, el general Ramiro Castrillón Lara.

Los resultados saltan hoy a la vista: 2.617 armas de fuego fueron incautadas en Barranquilla y su Área Metropolitana desde el 1o. de enero al 31 de diciembre del 2015.

Entre esas armas de fuego decomisadas en la capital del Atlántico, 1.606 no contaban con permiso (salvoconducto), mientras que 1.011 sí lo tenían, de acuerdo con un informe de la Policía Metropolitana al que tuvo acceso AL DÍA.

TIPO DE ARMAMENTO

Según el referido reporte, entre el armamento decomisado en el 2015 en las calles de la Arenosa, figuran 1.202 revólveres de diferentes calibres, 1.163 pistolas, 247 escopetas, dos subametralladoras, dos carabinas y un fusil. De estas armas incautadas, 644 estuvieron involucradas en diferentes delitos, fundamentalmente en homicidios, lesiones personales y atracos.

BARRIOS DONDE HUBO INCAUTACIONES

Las estadísticas que maneja la Policía Metropolitana señalan que los barrios de Barranquilla donde se realizaron las incautaciones de armas de fuego durante el año pasado fueron los siguientes: Rebolo: 192. La Cumbre: 154. El Prado: 141. El Tabor: 115. Centro: 85. 7 de Abril: 74. El Bosque: 60. Altos del Prado: 58 y La Chinita: 52. De acuerdo con estas cifras, el barrio donde más decomisos hubo de armas de fuego, especialmente revólveres y pistolas, fue Rebolo. Pero, ¿qué ocurre con estas armas de fuego decomisadas, a dónde van a parar? Una fuente de la Fiscalía Seccional de Barranquilla consultada por AL DÍA bajo la condición de no revelar su identidad, explicó que las armas decomisadas por la Policía, bien sea originales o artesanales, o que hayan sido incautadas en operativos contra la delincuencia o por violar la prohibición de porte, son entregadas a este organismo investigador, que se encargará de someterlas a experticias en los laboratorios de criminalística del CTI o la Sijín para establecer si están involucradas en hechos criminales.

Una vez surtida esta primera fase, el arma de fuego es entregada en custodia a la Segunda Brigada del Ejército mientras avanza la respectiva investigación sobre su procedencia o posible vinculación con algún delito.

'Al culminar la investigación, un juez de la República decide la suerte del arma de fuego. El arma queda en manos de Estado, bien sea Fuerzas Militares, Policía o Fiscalía. Estas instituciones tienen la potestad de decidir qué hacer con las armas incautadas que les fueron entregadas. Algunas son destruidas, siempre y cuando no hayan sido catalogadas como material probatorio o evidencias de crimenes. Si es así son preservadas por si se ordena la reapertura del caso más adelante. Hay casos judiciales que son reabiertos, y si hubo armas de fuego involucradas estas son sometidas nuevamente a experticias. En las Fuerzas Militares la mayoría de las armas decomisadas son recicladas', explicó la fuente de la Fiscalía.

Peró, ¿qué ocurre cuando las autoridades decomisan un arma de fuego sin salvoconducto que esté en mal estado, es decir, que no dispare proyectiles? La respuesta nos la dio la misma fuente de la Fiscalía: 'Sencillamente la persona que porta un arma de fuego en estas circunstancias es dejada en libertad, pero el arma queda incautada. Es como tener mamá, pero muerta', precisó.

Esto fue lo que ocurrió el 26 de diciembre pasado, cuando la Policía capturó en la calle 16A con carrera 5, del barrio La Luz, a un sujeto que tenía en su poder un fusil de asalto AK-47. Cuando el arma fue sometida a análisis, se estableció que estaba deteriorada, es decir, no tenía capacidad de disparo.

Por este motivo, el individuo fue dejado en libertad. De acuerdo con el nuevo comandante de la Policía Metropolitana, general Gonzalo Londoño Portela, 'si queremos proteger la vida de los ciudadanos, tenemos que desarmar a los malos'. Esta es una de las tareas que el alto oficial se propone sacar adelante en Barranquilla. 'La Policía cumple, pero un alto porcentaje de los capturados por porte ilegal de armas queda en libertad. Sin embargo seguiremos capturándolos', enfatizó.