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Por la venta ilegal de chance en el Atlántico, más conocida como ‘la Blanquita’, el sector de la salud deja de recibir más de diez mil millones de pesos anualmente, dio a conocer el gobernador del Atlántico, José Antonio Segebre.

El mandatario departamental manifesta que con esos dineros podrían construirse tres colegios con capacidad para 500 estudiantes cada uno; un megacolegio para 1.200 estudiantes, formar a 500 mujeres del programa ‘Transfórmate tú mujer’, con insumos y maquinarias e incluso arreglar todos los puestos de salud de corregimientos y caseríos. Segebre afirma que 'el chance ilegal es tan grande como el legal', por lo que las pérdidas son bastante notables.

'El problema radica en que mucha gente del chance ilegal no se quiere vincular al chance legal por un tema de ganancia. Ellos no quieren pasar de ganar 40 mil pesos diarios a ganar 15 o 20 mil pesos diarios', explica.

En el Atlántico, asegura el Gobernador, existe el programa ‘Mujeres con chance’ a través del cual buscan que las personas que venden este juego de azar tengan una fotocopiadora, u otro negocio adicional, que les permita complementar lo que dejan de ganar en el chance ilegal.

'PERDEMOS TODOS'

Johnny Ángel Mena, abogado de la empresa Ganar que opera el negocio de las apuestas permanentes en el Atlántico, dice que los afectados con la venta ilegal de chance son todos: la población del Atlántico, las empresas concesionarias (el concedente que es la Gobernación, en cabeza de Edusuerte); el Estado por los impuestos que deja de percibir y los apostadores.

Recuerda que el negocio de ‘la Blanquita’ es una actividad que la ejercen personas de escasos recursos que buscan su sustento diario y afirma que, como tiene unas barreras de entrada muy bajas, para poderla desempeñar lo único que necesitan es tener ganas.

'Las personas salen a la calle a ofrecer este producto de manera ilegal y la gente cree que es oficial y se lo compra porque es de bajo precio, pero esa actividad, que la realizan muchas personas, comienza a financiar a grupos al margen de la ley, que son las llamadas Bacrim', asegura Mena.

Para sustentar lo afirmado, el abogado señala que 'tienen todos los elementos que constituyen una banda criminal, como una operación que les genera una financiación económica y que luego de lucrarse ilegalmente lo gastan en viajes, ropa, lujos y propiedades'.

'Todo esto –agregó– que adquieren con dineros ilícitos se conoce como lavado de activos, porque no pueden legalizarlo diciendo que son empresarios de un juego ilegal ya que no lo aceptarán las autoridades. Por eso compran una empresa de taxis, una discoteca o cualquier otro negocio con el fin de comenzar a lavar su dinero'.

Mena agrega que, una vez logran 'construir un imperio', crean grupos de seguridad privados que 'siempre terminan en sicariatos, ya que tienen que proteger el negocio de los delincuentes y de la competencia igual a ellos'. Dice que tienen relación comercial con muchos vendedores inscritos con Ganar, pero que no son empleados de la empresa, y a pesar de que saben que venden chance ilegal y al mismo tiempo legal no pueden hacer nada.

'Les estamos ofreciendo a los vendedores el 20 por ciento de comisión, porque el margen de rentabilidad es muy limitado; adicional a eso, dentro de los gastos administrativos y de venta, pagamos el resto de los impuestos como retención en la fuente, impuesto a la renta, ICA distritales y municipales, retención por ICA, impuesto a la riqueza, declaración de renta y los 545 empleados directos, formales que tienen su salario y su seguridad social', señala el abogado.

50% DE ILEGALIDAD

El representante jurídico de Ganar revela que, actualmente, existe un 50 por ciento del mercado en la ilegalidad, el cual, según el abogado, funciona de la siguiente manera:

Está el vendedor al que le pagan un 33 por ciento sobre el monto total de lo que venda en el día: este, a su vez, le hace entrega al ‘pachanguero’ o promotor que se gana el 12 por ciento sobre el producido, y este le entrega al empresario ilegal o ‘plantero’, quien recibe el juego al 55 por ciento.

'Con este 55 por ciento el ‘plantero’ paga los premios, los cuales son normalmente entre el 45 y el 50 por ciento, es decir que si él está recibiendo el juego al 55 por ciento se está ganando entre un 5 y 10 por ciento de la venta total', explica Mena.

Afirma que cuando Ganar llegó al Atlántico se dio cuenta del problema de ilegalidad que había en el mercado de las apuestas permanentes. Empero, asegura que la decisión no fue denunciar ni atacar a los vendedores.

El abogado dice que pese a que los invitaron al diálogo y lograron hacer contacto con ellos y les ofrecieron un porcentaje sobre la venta, estos no aceptaron la oferta y prefirieron seguir en la ilegalidad, la cual reafirma 'afecta a la salud y a todos en el Atlántico'.

'NO SOMOS BACRIM'

Julio Donado y Jacinto Molina, promotores de ‘la Blanquita‘, rechazan los señalamientos de ser una supuesta banda criminal, como lo dicen directivos de Ganar.

Los miembros activos de lo que denominan 'chance informal' más no ilegal, aseguran que 'no somos delincuentes, sino personas trabajadoras' que quieren ingresar al marco legal con mejores condiciones económicas y de prestaciones sociales.

'Ellos ofrecen el 15,4 por ciento al vendedor sobre lo que vendan en el día y el promedio diario de estos es de 100 mil pesos, es decir que se gana unos 15 mil pesos. De esa plata tienen que descontar los buses, el almuerzo, bolsas de agua, en fin… lo que se llevan para la casa, en promedio, son unos 5 mil pesos diarios', manifiesta Donado.

El ‘pachanguero’ dice que ellos liquidan al vendedor al 35 por ciento por la venta diaria, con lo que este se gana, en promedio, 40 mil pesos; le hacen préstamos sin intereses y, además, le regala las medicinas cuando se enferman.

Jacinto Molina reconoce que no están pagando el 12 por ciento correspondiente al impuesto de la salud. 'No lo hacemos porque fuimos desplazados por los monopolios', sostiene.

Molina controvierte lo dicho por Ganar y pregunta '¿a cuál vendedor de chance informal le pagan salud? Si ellos pagan impuestos no les dan beneficios a los vendedores, solo a los empleados de planta que tienen. Es falso que lavamos dinero, si así fuera ya seríamos multimillonarios'.

La semana pasada unos 50 vendedores 'informales' se apostaron en la entrada la Gobernación del Atlántico con pancartas en las que decían 'Sí queremos legalizarnos, pero con salarios justos', al tiempo que rechazaban los señalamientos que los vinculan con bandas criminales.

Tras permanecer allí por espacio de una hora, los vendedores fueron atendidos en la Secretaría de Gobierno, en un nuevo intento de diálogo. Pero no se supo qué acordaron.