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La respuesta a cómo Angie Mendoza Cera pagó el retoque de glúteos que le causó la muerte empieza a aclararse.

Testimonios de familiares y amigas, recogidos por este diario, coinciden en que el tratamiento fue la manera en que la esteticista Erika Ordóñez Rodríguez pagó a la joven una asesoría contable.

La mujer es sospechosa en la indagación de la Fiscalía y la Policía por el deceso de Mendoza, de 23 años, ocurrido la tarde del viernes pasado en el Hospital Metropolitano.

Ordóñez es indiciada de participar en el procedimiento de inyectar a la víctima una sustancia en los glúteos para aumentar sus proporciones, en un centro de estética clandestino.

El negocio funcionaba en el apartamento 405 del edificio María Eugenia Ballestas 1, en la carrera 45 # 75–61, barrio Porvenir, en el norte de Barranquilla.

$3 millones. Un familiar de Mendoza informó ayer por teléfono que la esteticista la llamaba para que le hiciera el inventario, al parecer, del establecimiento. 'Creemos que le pagó con el procedimiento porque Angie nunca dijo que estaba ganando dinero', mencionó.

Dos ex clientas de Ordóñez contaron, a través de la línea Wasapea de EL HERALDO 310 4383838, que en el apartamento había una sala para implantes de senos, se inyectaban biopolímeros y vitamina C para aumento de glúteos, y se tatuaban cejas.

'Estoy sorprendida con el fallecimiento de Angie. Erika Ordóñez es profesora mía en la escuela de cosmetología y estética María Eugenia Ballestas', contó una lectora.

La mujer agregó que Ordóñez realizaba aumentos de glúteos desde hace más de cinco años. 'Me hice un procedimiento y todo salió bien'.

Ordóñez, según ella, no ofrecía cirugías de aumento de glúteos, sino tratamientos de 45 minutos. 'El producto era reabsorbido por el cuerpo, el costo era $3 millones'.

Una pariente dijo que la esteticista ofreció a Mendoza aplicarle 'unas inyecciones bien costosas de una sustancia vitaminada o vitamina C para que, con ejercicios, aumentara un poquito el volumen de sus glúteos'.

La otra exclienta comentó que Ordóñez publicaba en su cuenta de Instagram los resultados de los procedimientos que hacía (el antes y el después), y así promocionaba sus servicios. 'Pero el viernes en la noche eliminó todo'.

¿Y el apartamento?. En un allanamiento cumplido el sábado por orden de la Fiscalía, agentes de la Sijín encontraron en el apartamento material quirúrgico hospitalario.

Una lista de 'propietarios y/o tenedores' exhibida en la entrada del edificio, fotografiada el domingo por reporteros de esta Casa Editorial, mostraba que por el inmueble responde David Jinete Jinete, yerno de Ordóñez.

Jinete es sospechoso de haber ayudado a la esteticista a trasladar a Mendoza al hospital, en un carro.

Un certificado de tradición tramitado ayer muestra, sin embargo, que el apartamento 405 es propiedad de María Eugenia Ballestas Camargo, rectora de la escuela de cosmetología, estética y salud que tiene su nombre.

Una abogada cercana a Ballestas manifestó por teléfono que la docente está fuera del país, en respuesta a una petición para entrevistarla respecto al negocio clandestino que Ordóñez montó en su propiedad.

'La conoce como profesora de la institución y exalumna; ella es una muy buena profesora, pero de procesos no invasivos porque en la escuela no se enseñan esos procedimientos', enfatizó.