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Cuatro días estuvo Luis Alexander Calixto Sarmiento, de 19 años, luchando por su vida en cuidados intensivos del Camino Distrital Adelita de Char.

De los seis internos que vivieron esa pesadilla de llamas, humo y desesperación desatada el pasado domingo 15 de junio en la Penitenciaría de El Bosque, era el que había llevado la peor parte.

El interno sufrió quemaduras de segundo y tercer grado que comprometían el 80% de su superficie corporal . El pasado miércoles a las 10:30 p.m. murió debido a una falla multisistémica.

Calixto no alcanzó a ver el frentazo de James Rodríguez, ni el certero disparo cambiado de Juan Fernando Quintero con los que la selección Colombia celebró su triunfo ayer en el Mundial de Brasil.

Tanto su hermano Luis Eduardo Calixto, como su tía y madre de crianza, Ana Cecilia Sarmiento, coincidieron en que el joven hubiera disfrutado al máximo de esta victoria porque era un hincha de los más consagrados del combinado nacional así como del Junior de Barranquilla.

Las pepas de la discordia

Sobre lo sucedido en la celda de la Unidad de Tratamiento Especial de la Penitenciaría, donde estaban los internos, el coronel Carlos Julio Pineda, director de la regional norte del Inpec, aseguró que el incendio se generó por una riña entre dos reos que se disputaban unas pastillas, al parecer, de tipo sedante.

'Tenemos al culpable identificado pero no podemos revelar su identidad porque afectaría la investigación. Lo que sabemos es que dos de ellos estaban peleándose por unas pastillas y uno de los internos le prendió fuego a un pantalón y luego las llamas se propagaron por las colchonetas', dijo.

Luis Eduardo Calixto, en medio del dolor por la pérdida, dijo que su hermano era apenas 'un niño' que, incluso, llevaba solo un mes de estar recluido.

'No estaba condenado ni nada, apenas estaban esperando para hacerle la primera audiencia y mire lo que pasó, terminó muriéndose allá adentro', afirmó el familiar.

'Necesitaba plata para el patio'

A Luis Eduardo, su hermano le contó la semana pasada vía telefónica que necesitaba dinero para pagar un derecho a patio.

'Si no pagaba no lo dejaban tranquilo, tenía que pagar para que pudiera dormir tranquilo y estar en los pasillos sin que lo molestaran. En esa cárcel el que manda es el que tiene más tiempo de estar ahí', denunció.

Según fuentes carcelarias, Calixto fue remitido a la unidad, por pedido de él mismo, a raíz de los problemas de convivencia que tenía. Además había quejas en su contra porque consumía drogas durante la hora de visitas y delante de los familiares de sus compañeros de reclusión. La madre de crianza contó que el joven de 19 años solo había cursado hasta noveno de bachillerato y había trabajado para sobrevivir en diferentes oficios.

'Él arrendaba lavadoras, trabajó en un estadero y en un asadero también, pero en algún momento se juntó con algunas amistades que no lo llevaron por un camino… A mí me duele mucho porque yo misma fui levantándolo con mucho esfuerzo, para darle todo y tenerlo bien…', dijo con una tristeza profunda que se adivinaba en su voz quebrada y en la humedad de sus ojos.

'A él lo capturaron en Malambo porque tenía un chopo hechizo y por eso lo detuvieron', recordó su hermano.

Ana Cecilia Sarmiento, recordó que ella quedó a cargo del muchacho porque su madre falleció de cáncer hace 11 años y su padre había fallecido de azúcar en la sangre hace 13.

'Es increíble que pasen estas cosas y nadie da una explicación. Le pido al Estado que intervenga en las cárceles, que investigue porque sucedió esto, pues ya no es una sola cárcel', aseveró.

Tensión en las otras familias

La angustia también es evidente en los familiares de los otros reclusos.

Verledys Vásquez, madre de Joharet Pérez Vásquez, de 30 años, dijo que aunque sabe que todos están graves tiene 'fe en Dios de que mi hijo se va a levantar de esa camilla'.

Joharet se encuentra en la unidad de cuidados intensivos del Camino Adelita de Char con quemaduras de segundo y tercer grado, y el 50% de su superficie corporal comprometida.

'Han dicho un montón de cosas que no son, que mi hijo fue el que incendió la Modelo, que fue el que incendio ahora El Bosque. Mire mi hijo no ha pisado la Modelo nunca y él es un pelao que terminó su bachillerato, que trabajó la mecánica, era mototaxista y tiene tres hijos. Hasta me pidió pintura para borrar los muñecos esos y que le llevara un escapulario', sostuvo Vásquez.

Igual de triste dijo sentirse Ramona Serrano, madre de Ricardo Serrano, de 26 años, quien tiene lesiones que comprometen el 70% de su superficie corporal.

'Esto ha sido una tragedia, pero estamos agarrados a Dios que es la única medicina que lo puede restablecer y levantar de esa cama', afirmó.

Por ahora las familias de los cinco sobrevivientes permanecen como en una especie de guardia junto a los suyos en las entradas y en las zonas de visita de la el Camino Distrital Adelita de Char, el ESE Cari Universitario y la Clínica Reina Catalina en pie de oración y a la espera de que ocurra el milagro y la vida se anteponga a los ensayos de la muerte.

Días cruciales. De acuerdo con Alma Solano, secretaria de Salud del Distrito, el estado de los cinco heridos continúa siendo crítico y su pronóstico sigue siendo reservado.

Según la funcionaria, estos días 'son de lo más críticos' porque es cuando empiezan a fallar algunos órganos, lo que empeora si se tiene en cuenta que algunos de ellos incluso sufrieron quemaduras vía aérea. Siguen estando delicados pero hay que esperar siempre lo mejor', aseguró.