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La cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) celebra este lunes en la ciudad china de Tianjin sus principales reuniones, en las que se espera que los líderes China, Rusia y la India diseñen una estrategia de desarrollo del bloque, en un momento de tensiones entre estos países y EE. UU.

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La jornada estará centrada en la sesión del Consejo de Jefes de Estado de los países miembros del grupo, entre ellos el chino Xi Jinping, el ruso Vladímir Putin y el indio Narendra Modi.

También se celebrará una reunión ampliada que incluirá a responsables de organismos internacionales y líderes de otras naciones.

Según la Cancillería china, está previsto además que se firmen varios acuerdos en materia de seguridad, economía y cultura en la que China considera la cumbre “de mayor envergadura” desde la fundación del bloque.

Putin llegó el domingo a Tianjin para participar en los encuentros y se espera que mantenga reuniones bilaterales con varios mandatarios, entre ellos Modi, en un momento marcado por las tensiones entre Washington y Nueva Delhi a raíz de las compras de crudo ruso por parte de India.

Deshielo China-India

La primera jornada de la cumbre estuvo protagonizada por el acercamiento entre Xi y Modi, quienes celebraron un encuentro en Tianjin tras años de frialdad en las relaciones bilaterales.

Xi afirmó que China y la India deben ser “socios y no rivales”, mientras que Modi sostuvo que su cooperación puede hacer del siglo XXI el “siglo de Asia”.

Xi destacó que ambos países son “dos grandes civilizaciones orientales” y los Estados más poblados del mundo, por lo que deben asumir una “responsabilidad histórica” en defensa del multilateralismo y la justicia internacional.

Modi, por su parte, recalcó que India y China defienden la autonomía estratégica y una política exterior independiente, con unas relaciones que no deben verse influidas por terceros.

Las relaciones bilaterales sufrieron un grave deterioro tras el choque fronterizo de 2020 en el Himalaya, que dejó decenas de soldados muertos y llevó los vínculos a su peor momento en décadas.

La tensión se tradujo en la suspensión de los vuelos directos, restricciones comerciales y una parálisis casi total del diálogo, hasta que el pasado octubre ambos países declararon el fin de las hostilidades.

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El acercamiento actual coincide con un reajuste estratégico de Nueva Delhi, tras la decisión de la Administración de Donald Trump de imponer un arancel del 50 % a las exportaciones indias en represalia por sus compras de crudo ruso, una medida que ha empujado a India a explorar una mayor cooperación regional.

Un domingo de bilaterales

El domingo estuvo además marcado por una intensa ronda de reuniones bilaterales de Xi, que expresó su respaldo a la adhesión de Armenia y Azerbaiyán a la OCS durante sus encuentros con el presidente azerí, Ilham Aliyev, y con el primer ministro armenio, Nikol Pashinián.

Ambos firmaron a comienzos de agosto en Washington un acuerdo de paz que busca poner fin a casi cuatro décadas de enfrentamientos.

El mandatario chino también se vio con el presidente bielorruso, Alexandr Lukashenko, quien definió a Bielorrusia como un “socio firme y un amigo siempre fiable” de China, y con los dirigentes de Turquía, Maldivas y Kirguistán.

En un posterior banquete ofrecido a los mandatarios, Xi destacó el papel “estabilizador” de la OCS ante el “aumento de la incertidumbre”.

La OCS cuenta entre sus miembros a China, Rusia, India, Pakistán, Irán, Bielorrusia, Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán y Uzbekistán, que en conjunto agrupan alrededor del 40 % de la población mundial, además de países observadores y socios de diálogo.

El bloque carece de cláusulas de defensa mutua, a diferencia de la OTAN, y se presenta como un foro para la cooperación política, económica y en seguridad.