¡Habemus papam! Los 133 cardenales eligieron al sucesor de Francisco. Tan solo dos días tardaron los purpurados en ponerse de acuerdo para elegir al máximo jerarca de la Iglesia católica y hubo fumata blanca en el Vaticano.
Millones de personas en la plaza de San Pedro presenciaron este momento histórico, en el que el humo blanco salió de la chimenea de la Capilla Sixtina, lo que significa que más de 1.400 millones de católicos ya tienen representante tras la muerte de Jorge Bergoglio.

Vale mencionar que este ha sido uno de los cónclaves más rápidos, tal y como ocurrió con el de Benedicto XVI en 2005, de cuatro votaciones.
Ahora el mundo está a la expectativa de quién es el sucesor de Francisco y su salida en el balcón De San Pedro, uno de los momentos más emblemáticos para los fieles.
La identidad del elegido será revelada desde el balcón de la basílica de San Pedro por el protodiácono francés Dominique Mamberti, encargado de formular el tradicional anuncio en latín ‘Habemus papam’.
Después, el nuevo papa se asomará al balcón para presentarse al mundo e impartir su primera bendición ‘Urbi et Orbi’ (a la ciudad y al mundo).
Dado que en el cónclave se vota cuatro veces al día, sumando la única que hubo ayer miércoles, la elección se ha producido presumiblemente en el cuarto escrutinio.
Una gran ovación esperó la fumata blanca
La Plaza de San Pedro no estaba tan llena como en la tarde de ayer miércoles, en la primera jornada del cónclave, pero eso no impidió que un enorme clamor se haya levantado cuando de la chimenea sobre la Capilla Sixtina se ha empezado a elevar el humo blanco.

Los congregados han prorrumpido en un grito generalizado y grandes aplausos, mientras los fieles y curiosos agitan banderas nacionales.
El nuevo papa irá a la Sala de las Lágrimas
El nuevo papa, cuyo nombre se conocerá en breve, ha pasado de la Capilla Sixtina a la llamada Sala de las Lágrimas, con objeto de vestirse para presentarse al mundo en el balcón de la basílica de la Plaza de San Pedro.
Desde la Capilla Sixtina el elegido es invitado a ir a la ´Sala de las Lágrimas’, donde desde hace días está preparada la vestimenta que puede empezar a usar.
La habitación es conocida con ese nombre porque históricamente es el lugar donde el elegido podía permanecer tranquilo un momento y, eventualmente, rezar y llorar para desahogar la tensión acumulada.

En esa cámara hay tres hábitos largos o sotanas de color blanco de distinto tamaño en función de la altura del elegido, así como cuatro vestimentas cortas tipo sobrepelliz, una muceta o esclavina de color morado y una estola púrpura con decoración dorada.
También, si lo desea, puede escoger entre zapatos de distintos números, fajines, un cordón y una cruz dorada, todo allí dispuesto.