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Después de un poco más de una hora de que saliera humo blanco de la chimenea de la Capilla Sixtina, el protodiácono francés Dominique Mamberti, encargado de formular el tradicional anuncio en latín ‘Habemus papam’, anunció el nombre del nuevo papa.

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Se trata del cardenal estadounidense Robert Prevost, quien eligió el nombre de León XIV. La escogencia generó sorpresas, pues no era uno de los papables más opcionados, ya que las miradas estaban puestas sobre Parolin y Tagle.

Pocos minutos después, el papa León XIV salió al balcón de la basílica de San Pedro para saludar a millones de fieles y entre lágrimas saludó a la multitud.

FABIO FRUSTACI/EFE

El sumo pontífice es muy cercano a la comunidad latina. De hecho, tiene la nacionalidad peruana, que obtuvo en 2015 tras pasar gran parte de su vida religiosa en dicho país.

Prevost, de 69 años y nacido en la ciudad estadounidense de Chicago, llegó a Perú en una misión agustiniana en 1985, tan solo tres años después de ordenarse sacerdote y regresó en 1988 para dirigir el seminario agustiniano de la ciudad norteña de Trujillo durante diez años.

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En 2014 volvió al país como administrador apostólico de la Diócesis de Chiclayo y luego fue obispo de esa localidad del norte peruano.

Experto en América Latina

Afable, moderado, reservado, el cardenal estadounidense Robert Francis Prevost, desde este jueves el papa León XIV, fue una de las grandes apuestas de Francisco, que lo designó responsable de los obispos de todo el mundo y de su comisión para Latinoamérica.

VATICAN MEDIA HANDOUT/EFE

Este misionero de la antigua Orden de San Agustín, que también tiene nacionalidad peruana, ha sido en los últimos años un estrecho colaborador del difunto papa Francisco y entró a su estilo, discretamente, en la lista de ‘papables’ para este cónclave, como un ‘outsider’ en medio de otros grandes nombres.

Su talante moderado le posiciona como puente entre las facciones conservadora y reformadora de la iglesia y su vasto conocimiento de América le ha valido el respaldo de los cardenales del sur y del norte del continente, muchos de los últimos críticos con Francisco.