Cristian acaba de llegar junto a su madre y su hermano a Bajo Chiquito, el primer pueblo panameño al que arriban los migrantes irregulares tras atravesar el Tapón del Darién, la peligrosa frontera que divide a Panamá y Colombia, y su llanto no cesa.
Unicef estima que para finales de 2022 al menos 180.000 personas habrán cruzado la selva, incluidos 30.000 menores.
Cristian acaba de llegar junto a su madre y su hermano a Bajo Chiquito, el primer pueblo panameño al que arriban los migrantes irregulares tras atravesar el Tapón del Darién, la peligrosa frontera que divide a Panamá y Colombia, y su llanto no cesa.