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Londres finiquita los preparativos para dar el último adiós a Isabel II en un funeral de Estado que se prevé como uno de los eventos más multitudinarios que ha vivido este país en las últimas décadas.

Con numerosas calles cortadas al público en el centro de la capital británica y una visible presencia policial en casi cualquier esquina, Londres da los últimos pormenores para dar paso a la histórica ceremonia de mañana en la Abadía de Westminster.

En la víspera de las exequias, todavía riadas de ciudadanos venidos de diferentes puntos del país aguardaban pacientemente su turno para presentar sus respetos ante el féretro de la reina, todo envuelto en 'un ambiente de respeto y amigable, fantástico', según describió a Efe una de esas personas.