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Desde que comenzó la guerra en Ucrania, el Hogar para Animales Rescatados en Leópolis ha ayudado a salvar a más de cuatro mil atrapados en la zona de combate y su equipo ha protagonizado misiones de riesgo en el frente.

El sonido de ladridos ansiosos y 50 pares de ojos esperanzados reciben al visitante que acude a la zona donde viven los perros, cuyos recintos fueron construidos de la noche a la mañana por el equipo del refugio para albergar a las mascotas que llegaban de las áreas de conflicto.

Orest Zalipski, director del Hogar para Animales Rescatados, explicó que antes de la invasión rusa el centro estaba especializado en el cuidado de animales exóticos y salvajes.

Acogía a zorros rescatados de centros ilegales de entrenamiento de cazadores, a cigüeñas heridas y a mapaches cuyos amos los entregaban al darse cuenta de que no era posible mantenerlos en un apartamento.

Sin embargo, cuando las bombas rusas comenzaron a llover sobre Kiev, Járkov (norte) y Dnipro (centro), Zalipski empezó a recibir llamadas de personas que no podían llevarse a sus mascotas al extranjero o a los refugios provisionales instalados en escuelas o polideportivos.