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La apertura de la primera tienda del gigante sueco Ikea desató este miércoles una locura en Chile, con miles de personas ansiosas y agolpadas desde la madrugada a las puertas de un conocido centro comercial de un barrio de clase alta situado en el norte de la capital.

Cortada la cinta, los clientes y curiosos, separados en dos filas -las de los registrados, que eran prioritarios, y el resto-, avanzaron a través de un pasillo formado por decenas de personas vestidas de amarillo y azul, los colores corporativos de la empresa, globos de colores y banderas tanto de Chile como de Suecia.

Quienes lograban superar la fila, que daba la vuelta al enorme edificio, eran recibidos, igualmente, por una banda de música, una animadora que les informaba de las ofertas y personas que daban indicaciones y entregaban bolsas amarillas con regalos.

'Yo conocía Ikea desde cuando viajé en Alemania y quedé fascinada desde allá, y dijeron que iban a abrir acá y aquí estoy' explicó Ainoa, una joven embarazada, fan de la marca, que aprovechó la entrada preferente para comprar productos para su bebé y su casa.