La estrella Betelgeuse intrigó a los astrónomos cuando comenzó a perder su brillo a finales de 2019, que fue causado no solo por una condensación de polvo, como ya se dijo, sino que contribuyó en igual medida un enfriamiento de ese cuerpo galáctico.
Un estudio que publica hoy Nature Astronomy firmado por un equipo japonés relata también cómo se sirvió para el trabajo de las observaciones procedentes no de un telescopio, sino de un satélite meteorológico que captó el fenómeno por casualidad.
Betelgeuse, una estrella supergigante roja de la constelación de Orión a 700 años luz, experimentó entre finales de 2019 y comienzos de 2020 lo que se dio en llamar el 'gran oscurecimiento'.