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La imposición de que hombres y mujeres coman juntos y compartan paseos en los parques de Herat, en el oeste de Afganistán, es la última de una serie de restricciones desde la llegada de los talibanes al poder el pasado agosto, a pesar de las promesas de cambio de los fundamentalistas.

Desde que los talibanes llegaron al poder, las patrullas antivicio vigilan la vestimenta de las mujeres y que éstas estén acompañadas de 'guardianes' hombres en la capital afgana.

La imposición y el reguero de restricciones impuestas a las afganas han causado críticas de organizaciones internacionales como Amnistía Internacional (AI).

'La comunidad internacional debe tomar medidas inmediatamente para que las autoridades de hecho de los talibanes sean juzgados por su fracaso a la hora de mantener las promesas hechas en los últimos nueve meses', señaló AI en un comunicado.