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Las peores lluvias desde 1932 dejan ya un balance parcial de 135 fallecidos en la 'ciudad imperial' brasileña.

Las funerarias están llenas, muchos negocios siguen cerrados y multitud de vías continúan impracticables.

Más de 140 vehículos han sido retirados de los ríos y las calles de Petrópolis, según la alcaldía.

Las escuelas y las iglesias se han transformado en albergues y almacenes de donaciones para los al menos 967 desalojados. La campaña de vacunación contra la covid-19 permanece suspendida en plena 'ola ómicron'.

El alcalde de Petrópolis, Rubens Bomtempo, informó que trabajan para recuperar los servicios esenciales, como luz, transporte o recogida de basuras, y que continúan las búsquedas por más víctimas, 'que todavía son muchas'.

Y es que tampoco hay un balance certero de desaparecidos. La Policía los cifra en 213, pero la Fiscalía reduce ese número a cerca de 60.

Más de 800 militares en la zona

Por su parte, el ministro de Defensa, el general Walter Braga Netto, señaló que unos 820 miembros de las Fuerzas Armadas se han desplazado a Petrópolis.

También declaró que están llegando 'ingenieros técnicos' para realizar análisis del suelo, ante la fuerte inestabilidad geográfica de la ciudad, que está rodeada de escarpadas pendientes y tiene unos 300.000 habitantes.

Meses trágicos para Brasil

Entre finales de 2021 y principios de este 2022, otros tres estados brasileños (Bahía, Sao Paulo y Minas Gerais) sufrieron igualmente intensos temporales que en conjunto causaron cerca de un centenar de fallecidos y unos 150.000 evacuados.

Detrás de este incremento de las lluvias en Brasil hay fenómenos naturales, como La Niña, pero los expertos meteorológicos advierten que la tendencia es que estos eventos sean cada vez más violentos debido al cambio climático.

Este tipo de catástrofes también se ven agravadas por la falta de planificación urbana y de medidas preventivas.

De hecho, no es la primera vez que ocurre un desastre de esta magnitud en la región serrana de Río, donde en 2011 un episodio similar causó 900 fallecidos y un centenar de desaparecidos.

'Muchas veces no tenemos como prevenir todo lo que pasa en estos 8,5 millones de kilómetros cuadrados (superficie total de Brasil)', se justificó Bolsonaro.