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Rusia rechazó rotundamente ayer las acusaciones de incidir la crisis ucraniana, en particular, a través de supuestos planes para derrocar al actual Gobierno, y culpó a Occidente de desinformar para elevar las tensiones en torno a la antigua república soviética.

'Instamos a Foreign Office a que deje de difundir tonterías', señaló el Ministerio de Exteriores ruso en su primera reacción a las informaciones de Exteriores británico sobre la intención de Moscú de instalar un líder prorruso en Kiev.

Moscú también pidió al Reino Unido que deje de lado sus 'actividades provocativas' en un mensaje en Twitter que criticaba la 'desinformación que circula' acerca de las intenciones rusas en Ucrania.