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Los gobernadores de las 16 regiones de Chile tomaron este miércoles posesión de sus nuevos puestos en lo que supone un histórico avance hacia la descentralización, pues hasta ahora la autoridad regional era designada por el Ejecutivo.

Chile era hasta las pasadas elecciones de junio (la primera vuelta se celebró en mayo) uno de los dos países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), junto con Turquía, que no elegía a sus cargos intermedios, como sí hacen vecinos como Argentina y Perú.

Los nuevos gobernadores, cuyos periodos serán de cuatro años, se convertirán en autoridades con alta visibilidad y, en muchos casos, en contrapoderes territoriales al centralizado Santiago, donde se concentra el poder público, pero también el empresarial.