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El accidente del metro de la Ciudad de México que se llevó hasta el momento la vida de 24 personas era algo que la gran mayoría de vecinos de Tláhuac y usuarios de la línea 12 de la capital temían desde hacía tiempo.

'En ciertos tramos cimbraba y rechinaban los vagones, en las curvas más cerradas', dijo este martes un vecino de la zona a Efe.

Desde la zona cero de la peor tragedia en la capital desde el terremoto de septiembre de 2017, la conocida como línea dorada era este martes un montón de escombros que impactaban desde lejos, un enjambre de acero y hierro con un vagón partido por la mitad que quedará en la retina de millones de mexicanos.

Lo que nació como un proyecto para dar conexión a una zona humilde y muy poblada de la periferia de la Ciudad de México, pronto se empañó por irregularidades y polémicas después de su inauguración en 2012 durante el mandato de Marcelo Ebrard en la ciudad, actual secretario de Relaciones Exteriores de México.

Antonio Peregrino tiene 88 años y vive a dos calles de la línea 12, que en su momento fue presentada como innovadora por construirse 'con la tecnología más avanzada del mundo', dijo Ebrard en su momento.

Además, esta fue la mayor inversión para una obra pública en México.

Para el anciano es imprescindible 'que se haga justicia y que se sepa quiénes son los responsables de los daños'.

Aunque él camina durante cinco o seis horas al día dado que se dedica a recoger cartón en establecimientos, conoce la línea 12 desde el exterior y desde el interior, y comparte que desde siempre se comentaron y 'se sintieron los problemas' estructurales.

'Se sentía feo en varios tramos del metro', dijo el hombre, quien recordó a quienes 'dejaron sus hogares y murieron' y a las 'parejas que se quedaron solas'.