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El vicepresidente saliente de Estados Unidos, Mike Pence, se vacunó este viernes en público contra la Covid-19 para disipar la falta de confianza que la inmunización ha generado entre algunos ciudadanos, al igual que hicieron otros políticos, como Nancy Pelosi y Mitch McConnell, mientras el país espera la aprobación del suero de la farmacéutica Moderna.

Delante de las cámaras de televisión, Pence recibió la vacuna desarrollada por Pfizer y BioNTech, la primera en recibir el visto bueno en Estados Unidos.

'No he sentido nada. Bien hecho', dijo Pence en un acto en la Casa Blanca, donde le pusieron la primera dosis de la vacuna a él, a su esposa, Karen, y al director general de Salud Pública del Gobierno estadounidense, Jerome Adams. Se destaca, sin embargo, la ausencia del presidente saliente de EE.UU., Donald Trump, que no ha aclarado cuándo se pondrá la vacuna.

'No tengo programado que me pongan la vacuna, pero espero recibirla en el momento adecuado', escribió Trump en Twitter.

La portavoz de la Casa Blanca, Kayleigh McEnany, matizó que el mandatario estaba abierto a ponerse la vacuna, pero que cree que 'la gente vulnerable debe tener acceso antes' que él. Recordó que Trump se recuperó en octubre de la Covid-19 y todavía tiene en su organismo 'los efectos protectores del cóctel de anticuerpos'.

Otro político que quiere dar ejemplo con la vacuna es el presidente electo, el demócrata Joe Biden, que recibirá la primera dosis de Pfizer junto a su esposa, Jill, el próximo lunes en Wilmington (Delaware), donde reside. Así lo anunció Jen Psaki, la elegida por Biden para ser la futura portavoz de la Casa Blanca.

'Lo hará en público, lo que es importante para nosotros porque como (Biden) ha afirmado en muchas ocasiones hay que mandar un mensaje claro al público de que (recibir la vacuna) es seguro y coherente con los protocolos médicos', indicó Psaki.