El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, urgió este miércoles a los miembros del organismo a declarar que en Nicaragua se ha producido una ruptura grave del orden democrático, algo que de producirse podría desembocar en la suspensión del país centroamericano como miembro del organismo.
En una reunión del Consejo Permanente, Almagro hizo suyas las conclusiones del informe que presentó en noviembre una comisión diplomática de la OEA y en el que se pedía la convocatoria 'inmediata' de una Asamblea General de la OEA, el foro supremo del organismo que reúne a los cancilleres del continente.
'Ante la falta de diálogo del Gobierno de Daniel Ortega, hacemos nuestra la conclusión de la comisión de alto nivel con respecto a que hay una alteración del orden constitucional que afecta gravemente el orden democrático en Nicaragua. Y, definitivamente, es necesario ir a procesos subsiguientes que lleven a la declaración de esa alteración del orden constitucional', dijo Almagro.
Para convocar una reunión de carácter extraordinario de la Asamblea General es necesario el voto a favor de 24 de los países del Consejo Permanente, es decir, dos tercios de los 35 miembros de la OEA (Cuba pertenece al organismo pero no participa en él desde 1962).
En esa reunión de carácter extraordinario, los titulares de Exteriores pueden optar por proponer la suspensión de Nicaragua, la manera más dura que tiene la OEA de amonestar a un país.
En sus 70 años de historia, el bloque hemisférico solo ha suspendido a dos naciones: Honduras, en 2009, después del golpe de Estado que depuso a Manuel Zelaya como presidente; y Cuba, en 1959 tras el triunfo de la Revolución de Fidel Castro y en medio de la Guerra Fría.
Diferencias sobre cuál es la receta para ayudar a Nicaragua
En la sesión se pusieron de manifiesto las diferencias que persisten en la OEA sobre cuál es la mejor forma de ayudar a Nicaragua, que en abril de 2018 vivió una ola de protestas que desembocó en una crisis social con cientos de muertos, presos y desaparecidos, además de miles de nicaragüenses en el exilio.
Varios países como EE.UU., Colombia y Brasil apoyaron hoy la iniciativa de Almagro de dar un paso más para presionar a Ortega; pero otros como Perú, Canadá y México en mayor o menos medida pidieron que se vuelva a apostar por el diálogo.
El embajador de Perú ante la OEA, José Boza, coincidió con Almagro en que se ha producido un deterioro del Estado de Derecho en Nicaragua y consideró que la pandemia del coronavirus ha 'empeorado aún más' la vida de sus ciudadanos.
'El Perú -dijo Boza- respalda y respaldará todo esfuerzo para reemprender el diálogo, para restablecer a plenitud el orden constitucional y democrático en Nicaragua. Consideramos que es urgente hacerlo, por eso estamos dispuestos a cooperar con toda iniciativa interamericana dirigida a lograr que las partes retomen el diálogo político y la negociación'.
Por su parte, la embajadora de México, Luz Elena Baños, anunció que apoyará las propuestas de diálogo en Nicaragua con base en, entre otros, al 'derecho de autodeterminación' del pueblo nicaragüense; y frente a ello el representante de EE.UU., Carlos Trujillo, consideró que la OEA ya ha sido 'paciente' y es hora de actuar.
'Aunque hayamos tenido esperanzas en el diálogo, hay que ser realistas con lo que está pasando en Nicaragua', opinó Trujillo.
El bloque hemisférico comenzó el 11 de enero de 2019 el proceso para aplicar a Nicaragua la Carta Democrática Interamericana, un instrumento jurídico que contempla la posibilidad de suspender a un Estado cuando se produce una 'alteración de su orden constitucional'.
Desde entonces, se ha avanzado poco porque no existe consenso dentro de la OEA sobre si es mejor expulsar a Nicaragua para sancionarle o mantenerlo dentro del órgano para obligar a Ortega a celebrar elecciones libres.
Los próximos comicios en Nicaragua están previstos para finales de 2021, pero en medios de comunicación oficialistas se baraja la posibilidad de un retraso debido al coronavirus.