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La muestra más palpable de la tragedia que vive Miami por causa de la pandemia del coronavirus, es la soledad que vive la emblemática Calle Ocho.

Considerada el corazón de la rumba de la ciudad turística por excelencia de Estados Unidos, en la popular avenida 'asustan', afirma con desparpajo el comunicador social barranquillero Ramón Mosquera, quien reside allí hace nueve años.

Asegura que es 'muy triste' pasar por este sector y ver todos los negocios cerrados.

'Están sufriendo por las medidas que el Gobierno tuvo que adoptar por la pandemia, realmente viven una situación difícil'.

Mosquera, egresado de la Universidad Autónoma del Caribe, lleva además varios años participando con otros coterráneos en el Carnaval de Miami y en el Festival de la Calle Ocho.

'La Calle Ocho es el sitio más visitado en Miami, acá la rumba y la buena comida no paran. Hoy los comercios tratan de sobrevivir, solo hay domicilios', añade en entrevista para EL HERALDO

'En mi caso particular recibo un mercado cada ocho días gracias a un seguro privado. Sin embargo, tengo amigos que tienen que salir a hacer largas filas para recibir alimentos. Nunca pensé que Estados Unidos resultara tan golpeada por este enemigo invisible y silencioso', dice.

No obstante, reconoce que teniendo en cuenta que la tragedia golpea con más fuerza a Norteamérica, es necesario cumplir con el aislamiento.

'Llevamos tres semanas completamente encerrados en nuestras casas, solo salimos a hacer los trámites necesarios, pero sí recomiendo que permanezcamos bajo llave'.

Cita además que ha visto imágenes de Barranquilla en las que muchos ciudadanos se niegan a cumplir la cuarentena.

'Esto no es un juego señores, miren cómo nos ha golpeado en Estados Unidos. La medicina más efectiva es quedarse en casa y lavarse permanentemente las manos. Nada tenemos que hacer afuera. Y como dice el alcalde Jaime Pumarejo, dejen de mamar gallo', sostiene el periodista criado en el tradicional barrio Modelo.