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El premio Nobel de Química, Arieh Warshel, explora la enzima de la papaya, similar a la del coronavirus, en busca del fármaco contra la enfermedad, algo que considera más 'urgente' que una vacuna 'que tardará'. Sobre el después de la crisis reconoce en entrevista con Efe ser 'pesimista' porque prevé que, tras la solidaridad en tiempos de crisis, primará la supervivencia.

No pensar mucho durante la cuarentena es lo que aconseja este experto israelo-estadounidense en bioquímica, que ganó el prestigioso reconocimiento con otros dos compañeros como pioneros del desarrollo de modelos informáticos para predecir procesos químicos, que aplica ahora para desentrañar el nuevo virus SARS-CoV-2.

Apuesta por invertir en ciencia, pero reconoce las limitaciones para anticipar los avances que hubieran sido necesarios ante una pandemia como la actual y cree que, en una crisis así, lo importante es la rapidez en la respuesta.

Como no hay quien escuche a quienes activan intermitentemente la alarma de 'una pandemia', opina, nadie podía estar preparado, pero teme que pasada la crisis la 'presión' esté en sobrevivir ante una recesión económica.