Una enfermera alemana, sospechosa de haber inyectado morfina a cinco bebés prematuros, fue arrestada este jueves en la ciudad de Ulm, al sur de Alemania, dijo la policía, subrayando que los cinco niños sobrevivieron.
Según Christof Lehr, fiscal de esta ciudad alemana, la mujer fue detenida por 'intento de asesinato' y heridas graves producidas a los cinco bebés.
La policía descubrió en el casillero de la enfermera en el hospital de Ulm una jeringa que contenía leche materna y restos de morfina.
Los cinco bebés tenían entre un día y un mes de vida y habrían recibido la morfina en diciembre, en la sala de prematuros del centro médico.
Los niños presentaron posteriormente problemas respiratorios agudos pero pudieron salvarse gracias a la intervención urgente de equipos médicos, que explicaron que los niños no tendrán secuelas tras el incidente.
El hospital pensó en un primer momento en una infección, descartada por los exámenes de orina, indicó el responsable de la policía Bernhard Weber, en una rueda de prensa.
El análisis mostró, sin embargo, que había rastros de morfina, lo que llevó al hospital a informar a la policía.
La enfermera fue detenida el miércoles y se sospecha que 'actuó intencionalmente', según el fiscal, quien recalcó que sabía que los pacientes podían morir.
La enfermera negó los hechos que se le reprochan, según el fiscal.
En los últimos años, Alemania se ha visto sacudida por varios escándalos que han implicado a hospitales.
El más conocido es el de Niels Högel, un exenfermero que sufría un 'trastorno narcisista severo', según los psiquiatras, y fue condenado en junio a cadena perpetua por el asesinato de al menos 85 pacientes en dos hospitales del noroeste de Alemania.