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El acuerdo de Brexit arduamente negociado entre Londres y Bruselas, y tantas veces denostado en el Parlamento británico, se dispone este viernes a anotar una primera victoria histórica con una votación ganada por adelantado por Boris Johnson y su nueva mayoría.

En una sesión extraordinaria que tuvo como efecto retrasar las vacaciones parlamentarias de Navidad, la recientemente elegida Cámara de los Comunes dará previsiblemente en unas horas su aprobación inicial al proyecto de ley que traduce el Tratado de Retirada a la legislación británica.

'Ha llegado el momento de actuar juntos como una nación revitalizada, un Reino Unido lleno de una confianza renovada en nuestro destino nacional y decidido por fin a aprovechar las oportunidades que ahora se nos presentan', dijo Johnson al presentar su texto en el inicio de la sesión.

Con 365 de los 650 diputados en el parlamento surgido de las legislativas de la semana pasada, el líder conservador tiene asegurada una victoria histórica.

Y aunque el debate proseguirá a principios de año, el texto será definitivamente adoptado a tiempo para garantizar que el Reino Unido sale de la Unión Europea el 31 de enero sin más retrasos.

Marcando la apertura de un nuevo capítulo político y económico, el ministro de Finanzas, Sajid Javid, anunció el nuevo gobernador del Banco de Inglaterra. Andrew Bailey, actual presidente de la autoridad de regulación financiera británica, asumirá sus funciones poco después del Brexit, el 16 de marzo.

La bolsa de Londres recibió la noticia, y la perspectiva de una rápida adopción del Tratado de Retirada firmado con Bruselas, con un alza del 0,13% en la apertura.

No permanecer 'atados' a la UE

El acuerdo recoge cuestiones como los derechos de los ciudadanos europeos en el Reino Unido y los británicos en la UE, la factura de unos 39.000 millones de libras que Londres debe pagar para honrar sus compromisos con el bloque y la forma de mantener abierta la frontera terrestre en la isla de Irlanda.

También un periodo de transición, hasta el 31 de diciembre de 2020, para permitir que empresas y administraciones se adapten a la nueva situación y dejar tiempo para que Londres y Bruselas emprendan la segunda fase de negociación: la de su futura relación posbrexit.

Los responsables europeos afirman que once meses es un periodo demasiado corto para negociar un ambicioso acuerdo de libre comercio.

Pero, determinado a evitar un nuevo aplazamiento, Johnson inscribió en su proyecto de ley una cláusula que prohíbe al Reino Unido toda extensión, lo que reavivió los temores de que el país acabe abocado a abandonar efectivamente la UE el 1 de enero de 2021 de forma brutal.

El proyecto de ley incluye también disposiciones para permitir que los tribunales inferiores británicos, y no solo la Corte Suprema, puedan anular los fallos del Tribunal de Justicia Europeo.

Esto 'garantizará que no nos enfrentemos a un cuello de botella legal y que, inadvertidamente, permanezcamos atados a las sentencias de la UE durante muchos años', explicó el portavoz de Johnson.

Fin de un largo bloqueo

Decidido por 52% de los votos en un referéndum en 2016, el Brexit, inicialmente previsto para marzo de 2019, fue aplazado tres veces.

Desde que, en noviembre de 2018, la anterior primera ministra Theresa May firmó los términos del divorcio negociado durante dos años con la UE, el acuerdo sufrió tres estrepitosos rechazos en un Parlamento fragmentado entre pro y antieuropeos.

May regresó varias veces a Bruselas en busca de 'garantías' para tranquilizar a los diputados.

Pero fracasó, acabó dimitiendo y fue reemplazada en julio por un Johnson que rápidamente perdió su frágil mayoría debido a una rebelión interna y al abandono de su aliado clave, el pequeño partido norirlandés DUP.

Hubo meses y meses de caos y debates cada vez más ásperos, una suspensión gubernamental de las labores parlamentarias que la justicia acabó anulando por 'ilegal', una renegociación in extremis del acuerdo y finalmente las legislativas anticipadas que acabaron con el bloqueo.