Saqueos a un hotel y a varios supermercados así como incendios en distintos puntos de Chile se produjeron en la madrugada de este miércoles, sumando tensión a la crisis social que mantiene en jaque al país desde hace seis semanas.
'Se está llegando a niveles de violencia que no se habían visto en Chile desde el retorno a la democracia', en 1990, afirmó el ministro de Defensa, Alberto Espina, al exponer este miércoles en el Congreso.
Uno de los episodios más violentos se registró en la ciudad de La Serena, uno de los principales balnearios de la costa del norte del país, a unos 480 kilómetros de Santiago, con el saqueo e incendio de un tradicional hotel del centro de la ciudad, el Costa Real.
En la ciudad portuaria de San Antonio, en la región de Valparaíso, se replicó la furia con actos vandálicos que incluyeron la quema de las oficinas del diario local El Líder, un ataque contra los medios que replica el perpetrado al inicio de la convulsión cuando fue quemado el diario El Mercurio de Valparaíso, el periódico más antiguo de Chile.
Más al sur, en Concepción, una masiva manifestación -congregada en medio de la huelga de dos días llamada por el principal sindicato de Chile (CUT)- terminó con incidentes violentos entre encapuchados y la Policía, las mismas escenas que hace más de un mes se repiten cada día a lo largo del país.
En Santiago, la estación de Metro 'República' -ubicada en un barrio universitario del centro- volvió a sufrir daños que obligaron a las autoridades a suspender su funcionamiento este miércoles, sumando un nuevo problema a la red de ferrocarril metropolitano donde se inició la revuelta el 18 de octubre y terminó con más de 70 estaciones dañadas.
Al inicio de jornada, el movimiento 'No+Tag' -que exige una baja en los precios de peajes en autopistas y rutas del país y que se perdonen deudas a usuarios de dichas vías- volvió a copar las principales rutas de acceso de Santiago provocando atascamientos.
El caso de Gustavo
Gustavo Gatica, un estudiante de psicología, resultó herido cuando tomaba fotografías en una manifestación el 8 de noviembre pasado en Plaza Italia –epicentro de las protestas en Santiago- a la que acudieron unas 75.000 personas. El joven fue trasladado a la clínica Santa María, en el barrio de Providencia, donde primero se determinó que había perdido la visión de uno de los ojos y que el otro corría peligro.
'Gustavo Gatica Villarroel egresará de Clínica Santa María, tras 17 días en la Institución. La gravedad de sus lesiones determina que su condición sea visión cero bilateral permanente', indicó el informe médico difundido por la clínica.
El diagnóstico médico significa que el joven tiene 'ceguera total', según confirmó una fuente de la clínica a la AFP.
El joven fue dado de alta de la Clínica Santa María, pero 'mantendrá controles ambulatorios, que incluyen terapia kinesiológica, ocupacional, apoyo psicológico y psiquiátrico. Además, será controlado durante las próximas semanas por un equipo multidisciplinario de especialistas', agregó el comunicado.
La directora de Derechos Humanos de la policía, Karina Sosa, dijo que sentían mucho la situación del estudiante, y comprometió la colaboración de Carabineros en la investigación de este caso que lleva adelante la justicia chilena.
El caso de Gatica se convirtió en un símbolo entre las más de 200 personas que sufrieron heridas oculares, muchas de ellas con la pérdida de la vista en un ojo por balines y perdigones disparados con escopetas antidisturbios de la Policía en las protestas que comenzaron el 18 de octubre pasado.