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Barbara Poenisch se pasa la mayor parte de los días haciendo puzles. O más bien recomponiendo la montaña de documentos que la Stasi, la policía secreta de Alemania del Este, trituró o rompió en pedazos durante la caída del Muro de Berlín.

La antigua encuadernadora forma parte de un equipo de diez personas que reconstruyen minuciosamente los informes de vigilancia, las cartas privadas y los documentos políticos que la Stasi había acumulado y que trató desesperadamente de destruir cuando el régimen comunista de Alemania del Este se derrumbó hace 30 años.

Cuando el Muro de Berlín cayó, el 9 de noviembre de 1989, la temida policía secreta comenzó a triturar sus archivos. Y cuando las máquinas se averiaron, los miembros de la Stasi empezaron a rasgarlos a mano para después convertirlos en una pasta o quemarlos.

Pero el 15 de enero de 1990, los 'comités de ciudadanos' irrumpieron en las oficinas de la Stasi, incluso en la sede de Berlín Este, y confiscaron millones de archivos y unas 16.000 bolsas con documentos hechos trizas.