La oenegé Oxfam alertó este lunes de la aparición de 'narrativas antimigratorias' en Colombia, Perú y Ecuador por la llegada de cientos de miles de migrantes y refugiados venezolanos, horas antes de una conferencia internacional en Bruselas para abordar esa crisis.
'Las narrativas antimigratorias están comenzando a enmarcar su discurso sobre la base de miedos ya conocidos, (...) acentuando sentimientos xenófobos y discriminatorios', escribe Oxfam en un informe titulado 'Sí, pero no aquí' sobre las percepciones hacia migrantes de Venezuela.
Para el estudio, la oenegé encuestó a 1.200 personas en Colombia, Perú y Ecuador, en la primera línea de la llegada de venezolanos que huyen de un país sumido en una grave crisis política, social y económica. Y sus respuestas se caracterizan por la 'ambivalencia'.
Las personas encuestadas oscilan 'entre la comprensión, la solidaridad y la preocupación ante el racismo y la xenofobia, y la asociación de los inmigrantes con la inseguridad, el colapso de los servicios sociales y el deseo' de verlos irse 'cuanto antes'.
Siete de cada diez personas en Perú, Ecuador y Colombia consideran que la inmigración baja los salarios y empeora las condiciones laborales, aunque 'no hay datos certeros' que lo demuestren, según Oxfam, una visión similar sobre la 'precariedad' de los servicios públicos.
A estas visiones, que, según el informe, no tienen en cuenta la situación previa del mercado laboral o de los servicios públicos, se les suma la falta de percepción sobre la contribución económica de la migración al país.
El informe pone el foco en la situación de las mujeres migrantes, que, para la mitad de los encuestados, podrían acabar ejerciendo la prostitución, al vincular su género y la precariedad. Oxfam también alerta de mayores riesgo de explotación laboral y violencia machista contra éstas.
Siete de cada 10 personas vinculan además delincuencia e inseguridad a la migración y la mayor parte cree que 'las leyes migratorias de entrada y permanencia son muy permisivas', alerta Oxfam, llamando a los Estados a 'facilitar vías seguras y legales' de migración.
El objetivo de esta conferencia, auspiciada por las Naciones Unidas y la Unión Europea (UE), es cómo ayudar a los gobiernos latinoamericanos a enfrentar esta crisis, con apoyo a los migrantes y refugiados, pero también a las poblaciones locales.