El papa Francisco proclamó este sábado en una ceremonia solemne en la basílica de San Pedro a 13 nuevos cardenales, defensores del diálogo y los migrantes, entre los que figuran dos españoles, un guatemalteco y un cubano.
Los nuevos purpurados, con su hábito coral, recibieron el título honorífico así como la birreta y el anillo cardenalicio de manos del pontífice tras jurar fidelidad en latín, según la fórmula tradicional.
Entre los nuevos cardenales que recibieron el título, 10 tendrán derecho al voto en un futuro cónclave, al tener menos de 80 años y entran a formar parte de una mayoría designada por Francisco, quien quiere moldear el cónclave que elegirá al próximo pontífice.
De un total de 225 cardenales, 128 son electores. Entre estos electores, más de 52% fueron elegidos directamente por Francisco, un tercio por Benedicto XVI, y el 14% por Juan Pablo II.
Durante la homilía, Francisco recordó que el cardenal debe ser 'leal' y tener sobre todo 'compasión'.
'Muchos comportamientos desleales de hombres de Iglesia dependen de la falta de este sentido de la compasión recibida, y de la costumbre de mirar a otra parte, la costumbre de la indiferencia', advirtió el pontífice, blanco en los últimos meses de numerosas críticas.
Los dos nuevos purpurados latinoamericanos son el obispo de Huehuetenango, en Guatemala, monseñor Álvaro Ramazzini, de 72 años, quien ha dedicado toda su vida a defender los derechos de los pobres, excluidos y migrantes.
El nuevo purpurado centroamericano es conocido por sus posiciones a favor de la paz y el diálogo en su país.
El cubano Juan de la Caridad García Rodríguez, actual arzobispo de La Habana, es el nuevo cardenal de la isla comunista y ha sido descrito por la iglesia de su país como 'un hombre sencillo, un sacerdote de pueblo, amigo de trabajadores del campo, amas de casa, macheteros, mecánicos y choferes'.
A la ceremonia asistieron representantes del cuerpo diplomático así como la vicepresidenta del gobierno español, Carmen Calvo, y la esposa del presidente de Guatemala, Patricia Marroquín de Morales.
Misioneros y jesuitas
La mitad de los nuevos cardenales proclamados este sábado tienen perfil de 'misioneros', revela uno de ellos, monseñor Miguel Ángel Ayuso Guixot, un español de 67 años, presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso. Oriundo de Sevilla, este religioso estuvo en misión en Egipto y Sudán y es un gran especialista del islam.
El español monseñor Cristóbal López Romero, arzobispo de Rabat desde 2017, considera por su parte su nombramiento como un 'impulso' para las comunidades católicas del Norte de África, 'casi invisibles'.
Entre los nuevos cardenales también figura el padre jesuita canadiense de origen checo Michael Czerny, subsecretario en una sección en el Vaticano a cargo de los migrantes y refugiados, colaborador cercano del papa Francisco.
Quien fuera ordenado obispo el viernes por la noche y se convirtió en cardenal este sábado estima que el pontífice argentino está profundamente dedicado a 'una iglesia inscrita en el mundo moderno', en la línea del Concilio Vaticano II.
La proclamación del primer cardenal de la Comunidad de San Egidio, Matteo Zuppi, de 63 años, actual arzobispo de Bolonia, en Italia, representa una recompensa al compromiso de la organización romana a favor del diálogo, los migrantes y la mediación por la paz en América Latina.
Con estos nombramientos, el pontífice argentino ha intentado de nuevo que todos los continentes estén presentes. De Asia viene el arzobispo de Yakarta (Indonesia) Ignatius Suharyo Hardjoatmodjo, y de África, el arzobispo de Kinshasa, Fridolin Ambongo Besungu, quien recibió el título en presencia del presidente de la República Democrática del Congo.
Como representantes de Europa figura el arzobispo de Luxemburgo Jean-Claude Höllerich, de 61 años, presidente de la Comisión de Episcopados de la Unión Europea. 'El papa suele escoger países pobres y Luxemburgo no forma parte de esta categoría', dijo el religioso, expresando la sorpresa por esa decisión.
El más joven de los nuevos cardenales es monseñor José Tolentino Medonça, un portugués de 53 años, con un perfil atípico puesto que es archivero y bibliotecario de la Santa Iglesia Romana.
El papa también distinguió a otros tres religiosos que no podrán ser electores ya que tienen más de 80 años.
Se trata del arzobispo británico Michael Louis Fitzgerald, un exembajador del Vaticano, especialista del islam; de monseñor Eugenio Dal Corso, misionero italiano en Angola; y de un jesuita lituano, arzobispo emérito de Kaunas, monseñor Sigitas Tamkevicius, quien pasó varios años en una cárcel soviética por haber escrito un diario clandestino sobre las persecuciones de los católicos.