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China exhibió este martes, con motivo de los 70 años del régimen comunista, sus nuevas armas --misiles, drones, bombarderos-- con las que desea compensar su retraso tecnológico ante Estados Unidos y aspirar a un rol de gran superpotencia global.

El desfile militar de este 1 de octubre ilustró la modernización del ejército, deseada por el presidente Xi Jinping, que quiere que alcance un nivel de 'clase mundial' antes de 2049, cuando se cumpla el centenario de la República popular.

'Las nuevas armas nucleares presentadas reflejan considerables progresos' declaró a la AFP Adam Ni, especialista del ejército chino en la universidad  Macquarie de Sydney.

'Son cada vez más móviles, resistentes, fiables, precisas y de alta tecnología', subraya Ni, y agrega que 'la disuasión nuclear de China gana credibilidad ante Estados Unidos'.

Los dos países están enfrentados en el mar de China meridional, donde luchan por imponer su influencia, y se libran desde 2018 un guerra comercial de consecuencias imprevisibles.

En este contexto, Pekín ha presentado lo mejor de sus misiles balísticos intercontinentales: el inmenso DF-41 ('Viento del Este-41').

De gran alcance (14.000 km), podría llegar a territorio norteamericano, y puede ser cargado con varias cabezas nucleares (de tres a 10 según los expertos).

La gran ventaja del DF-41 es que, pese a sus 20 metros de largo, es móvil y puede ser ocultado en cualquier lugar del país, a diferencia de la precedente generación de misiles balísticos nucleares, que debían ser lanzados desde  silos fijos.