¿Acampar en una iglesia? Es posible, al menos en la campiña inglesa, donde los aficionados a las emociones fuertes pueden alquilar una para pasar allí una noche de terror durmiendo sobre tumbas centenarias.
'Pensar en quienes duermen debajo nuestro hace la atmósfera más excitante', explica Kae Ono, una estudiante de historia japonesa, mientras despliega su saco de dormir en la iglesia medieval de St Mary, en Edlesborough, a unos 60 km al norte de Londres.
Kae, sus tres amigos y su perro Coco son aficionados al 'champing', palabra que fusiona 'church' (iglesia) y camping, una práctica que permite financiar el mantenimiento de monumentos.
Cuesta 50 libras (aproximadamente $200 mil) por persona alquilar St Mary para compartir el espacio con los murciélagos y poder tocar algunas canciones en el órgano de la iglesia.
La asociación para la conservación de las iglesias proporciona camas de campaña y sacos para dormir en este lugar inhabitual, en cuyo subsuelo están enterrados los notables de antaño.
'¡Me encanta! ¿Han visto los árboles? Es espeluznante', se exclama Lingbo Zhou, otra estudiante, originaria de China, mientras su amiga Kae intenta tocar un tema del 'Fantasma de la ópera' en el viejo órgano.
'Vamos a ver una película de terror más tarde, hemos traído 'El exorcista'', explica esta estudiante de arqueología.
Los invitados descubren los rincones de su alojamiento temporal con la excitación nerviosa que suele acompañar al principio de uno de esas películas que cortan la respiración.
Ismail Abdirahman, estudiante de historia, sube al púlpito para predicar ante su pequeña congregación, mientras Zhou busca pintadas antiguas en las paredes.
'¿Y si a medianoche damos un paseo por el cementerio?', lanza esta última. 'Al mismo tiempo, pensaré en esas caras raras de ahí arriba', dice señalando las esculturas de piedra con rostros grotescos que decoran la bóveda.