El primer ministro británico, Boris Johnson, negó el jueves haber mentido a la reina sobre sus motivos para suspender el parlamento y dijo confiar en alcanzar un acuerdo sobre el Brexit con Bruselas, un optimismo que no comparten los negociadores europeos.
Johnson pidió a Isabel II hace dos semanas la suspensión de las labores parlamentarias entre mediados de septiembre y el 14 de octubre, pocos días antes del Brexit. Obligada constitucionalmente a seguir su consejo, la monarca accedió y la suspensión se hizo efectiva el martes.
Johnson justificó su decisión por la necesidad de presentar su programa de política nacional, una práctica habitual cuando hay cambio de gobierno. Pero sus opositores denuncian que su verdadero objetivo era impedir que los diputados bloqueasen un Brexit sin acuerdo y no se lo dijo a la jefa de Estado.
¿Mintió a la reina?, le preguntaron los periodistas el jueves.
'¡Absolutamente no!', fue la tajante respuesta de Johnson.
La víspera, una corte escocesa estimó que el consejo dado a la soberana condujo a una suspensión 'ilegal'. Sin embargo, una corte inglesa dictó lo contrario la semana pasada. Ambas decisiones deben ser examinadas el próximo martes por la Corte Suprema.
Un tribunal de Irlanda del Norte se pronunció también a favor del gobierno el jueves en una tercera demanda presentada en Belfast.
'La punta del iceberg'
En los días previos al receso, el parlamento asestó duros reveses al primer ministro que sufrió una rebelión en sus filas, perdió la mayoría, vio aprobada una ley que le obligaría a pedir otro aplazamiento del Brexit y denegada su petición de elecciones anticipadas.
Y 'si el señor Johnson no hubiese cerrado el parlamento, los diputados lo habrían freído' tras la publicación de un informe según el cual en caso de un Brexit brutal habría penuria de alimentos frescos y medicamentos, afirmó el jueves Tom Brake, del opositor Partido Liberal-Demócrata.
Obligado por el parlamento, el gobierno de Johnson hizo pública el miércoles una síntesis de los informes elaborados en secreto, bajo el título Operación 'Yellowhammer' o 'Carpintero Dorado', para prepararse a un Brexit sin acuerdo.
Estos advierten de perturbaciones en 12 sectores claves, desde el abastecimiento de agua a los transportes y las fronteras, y de la posibilidad de 'disturbios públicos y tensiones comunitarias'. 'Protestas y contraprotestas ocurrirían en todo el Reino Unido y obligarían al uso de una cantidad importante de recursos policiales', agrega.
Hasta 85% de los camiones británicos podrían ver complicado el paso de los controles aduaneros franceses en los puertos, unas perturbaciones que podrían durar tres meses e impactar en el abastecimiento de productos frescos, fármacos y químicos para el tratamiento del agua.
Sin optimismo en Bruselas
Johnson explicó que la Operación Yellowhammer se basa en 'un escenario del peor caso posible, para el que los funcionarios obviamente tienen que prepararse'.
Pero, aseguró, 'estamos intentando alcanzar un acuerdo con nuestros amigos europeos y tengo la esperanza de que lo hagamos en torno al 17 o 18 de octubre', fecha del próximo Consejo Europeo.
Su negociador jefe, David Frost, se encuentra en Bruselas desde el miércoles.
'El Reino Unido presentó ideas en materia de aduanas y productos manufacturados y mantuvimos más conversaciones sobre la declaración política' que esboza las grandes líneas de lo que debería ser la futura relación entre ambas partes, afirmó allí un portavoz británico. 'Volveremos a reunirnos el viernes', añadió.
Sin embargo, el negociador europeo, Michel Barnier, se mostró pesimista sobre la posibilidad de lograr antes de la cumbre un acuerdo diferente al que negoció Theresa May y fue rechazado tres veces por el parlamento británico.
'En este momento preciso, no tenemos razones para ser optimistas', dijo Barnier en su declaración ante los líderes de la Eurocámara.
Se acerca la fecha del Brexit, el 31 de octubre, y algunos funcionarios en Bruselas acusan a Johnson de llevar a cabo una falsa negociación y buscar en realidad una salida sin acuerdo. Barnier, por su parte, aseguró este jueves a la AFP que recibió ninguna propuesta verosímil de Londres.
Los británicos aprobaron el Brexit por 52% en un referéndum en 2016. El país debía salir de la UE el pasado 29 de marzo, pero ante el bloqueo la fecha fue aplazada dos veces.