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El saldo de víctimas mortales en un tiroteo masivo en una carretera en el oeste del estado de Texas (sur) aumentó a siete, informó la policía este domingo.

Según las autoridades, el prolongado tiroteo registrado en la autopista entre las ciudades de Midland y Odessa dejó además 22 heridos, entre los cuales tres agentes de policía. Las edades de los muertos van de 15 a 57 años, indicaron.

La policía había asegurado el sábado que cinco personas habían muerto y 21 resultaron heridas. 

Este domingo, un portavoz de Odessa confirmó por NewsWest9, filial de la cadena NBC, que había ocho muertes, incluido el tirador: tres en Midland y cinco en Odessa.

El atacante fue abatido por la policía en un enfrentamiento afuera de un cine de Odessa. Ello, de acuerdo a las autoridades, evitó que el saldo fuera mucho mayor.

La policía local confirmó este domingo en su cuenta de la red Facebook la identidad del atacante como Seth Aaron Ator, de 36 años y originario de Odessa. 

El jefe de policía de Odessa, Michael Gerke, declaró ante la prensa que Ator usó un fusil de asalto del tipo AR, un arma que ha sido ya utilizada en varios otros trágicos tiroteos registrados en el país. El motivo aún es desconocido pero que 'se presentó en una sala de cine, lo que podría ser un indicio de sus motivos', agregó.

Gerke señaló que Ator tenía antecedentes policiales aunque no había órdenes previas de arresto.

El agente especial del FBI Christopher Combs dijo en la rueda de prensa que las autoridades no creían que hubiera ninguna conexión con el terrorismo nacional o internacional.

Al azar

El incidente comenzó cuando patrulleros trataron de detener un vehículo de pasajeros de color dorado en la autopista interestatal 20 cuando no utilizó la luz de giro para señalar que iría a la izquierda.

En lugar de detenerse, 'el conductor masculino (y único ocupante del vehículo) apuntó con el fusil desde la ventana de su auto y realizó varios disparos hacia la unidad de patrulla DPS', dijo el Departamento de Seguridad Pública de Texas en un comunicado. 

Un uniformado fue herido, y el sospechoso huyó y 'continuó disparando a gente inocente', dijo el departamento.

El tirador obligó a la policía a realizar una feroz persecución durante la cual secuestró un camión postal estadounidense y abrió fuego al azar contra las personas.

Este incidente tuvo lugar menos de un mes después del tiroteo de El Paso, también en Texas, en donde un atacante asesinó a 22 personas, a menos de 480 kilómetros al oeste de Odessa. 

El último derramamiento de sangre ha provocado nuevos pedidos de medidas para detener los tiroteos.

El gobernador de Texas, Greg Abbott, citó cuatro tiroteos masivos en su estado y recalcó la necesidad de esfuerzos legislativos urgentes para reducir la violencia armada: 'Estoy cansado de la muerte... demasiados tejanos están de luto', dijo.

En un mensaje publicado en su cuenta de Twitter el domingo, el presidente estadounidense, Donald Trump, felicitó a la policía de Texas, al FBI y a los socorristas por su respuesta frente la 'terrible tragedia de disparos de ayer... ¡Una situación muy difícil y triste!'.

Pero más tarde, hablando con los periodistas en el jardín de la Casa Blanca, dijo que aunque se mantenían las discusiones para frenar la violencia armada con congresistas de ambos partidos, lo sucedido 'realmente no ha cambiado nada'.

El exlegislador Beto O'Rourke, que busca alzarse en la interna demócrata con la candidatura presidencial para los comicios de noviembre de 2020, le dijo a la cadena CNN que 'si no podemos actuar con decisión, continuaremos teniendo este derramamiento de sangre'.