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'Una gran victoria': tras desatarse una ola de indignación internacional, los ecologistas acogieron así este martes el anuncio de las autoridades rusas sobre la liberación de las últimas orcas mantenidas durante un año en pequeños estanques en el distrito Extremo Oriente. 

Sin embargo, un total de 75 ballenas beluga permanecen cautivas en un centro cercano a la ciudad de Najodka, a 200 km de Vladivostok. La prohibición de la captura de animales marinos por parte de Rusia para venderlos a acuarios, sobre todo en China, continúa siendo una cuestión en suspenso. 

El Instituto de oceanografía ruso señaló este martes que las dos últimas orcas y seis belugas habían sido transportadas por barco y camión a 1.800 kilómetros hasta el Mar de Orjotsk, en el océano Pacífico, donde fueron liberadas. Desde junio pasado, diez orcas y doce belugas fueron liberadas de igual manera. 

La organización rusa Sajakin Watch, que milita a favor de estas liberaciones, se congratuló por 'una gran victoria medioambiental', ganada a pesar de 'contratos firmados con compradores chinos'. 

Según las autoridades rusas, la prioridad era liberar a las orcas durante el verano (boreal) porque son menos resistentes que las belugas, una especie ártica que puede ser devuelta al océano en periodos más fríos. 

En tanto activistas y científicos criticaron las primeras liberaciones, Greenpeace reconoció este martes que esta cuarta operación ha sido más transparente que las precedentes. 

La oenegé, no obstante, afirma contar con información según la cual pescadores locales ya han solicitado licencias para capturar belugas el año próximo. 

Rusia es el único país del mundo que autoriza la captura y venta de orcas y belugas para acuarios, una práctica controvertida que sólo es posible gracias a lagunas legales que las autoridades han prometido corregir.