El embajador británico en Washington dimitió ayer tras la crisis provocada con Estados Unidos por la filtración de mensajes confidenciales en los que calificaba al presidente Donald Trump de 'inepto' y a su administración de 'disfuncional'.
En los cables diplomáticos enviados a Londres, algunos de los cuales se remontaban a 2017, Kim Darroch, un muy experimentado diplomático de 65 años, describía al mandatario como 'inestable' e 'incompetente' y se mostraba muy crítico con su gobierno.
La publicación por el diario británico The Mail on Sunday de dichos mensajes desató la ira de Trump.
'No trataremos más con él', tuiteó el presidente sin dejar claro si el embajador podría continuar desempeñando sus funciones.
En una carta dirigida a Simon McDonald, jefe del servicio diplomático británico, Darroch afirmó el ayer que 'la situación actual' le impedía seguir cumpliendo con sus funciones.
'En estas circunstancias, el camino responsable a seguir es permitir el nombramiento de un nuevo embajador', agregó, asegurando querer poner fin a días de especulaciones sobre su puesto y la duración de su mandato.
Darroch, que había servido en Bruselas de 2007 a 2011 y a quien el gobierno de la primera ministra Theresa May dio todo su respaldo, llegó a Estados Unidos en enero de 2016, antes de la victoria de Trump en las presidenciales de finales de aquel año.
En una escalada verbal, el presidente lo calificó el martes de 'estúpido' e 'imbécil pretencioso'. Unas palabras que el ministro de Relaciones Exteriores, Jeremy Hunt, uno de los dos candidatos junto a Boris Johnson para reemplazar a la jefa de gobierno dimisionaria, condenó por 'irrespetuosas y falsas'.
La decisión del embajador fue interpretada por algunos en Londres como una rendición ante la acosadora actitud de Trump, con graves consecuencias para la diplomacia británica.