Cuatrocientas mil personas desfilaron este sábado en Madrid en la marcha del Orgullo Gay, según las autoridades, con festividades dedicadas en esta edición a los pioneros de la causa homosexual, entre temores por el ascenso de la extrema derecha.
Miles de personas se congregaron por la tarde de la estación de Atocha, punto de partida del desfile.
'La policía contabiliza una afluencia de 400.000 personas en la manifestación del Orgullo 2019 en Madrid', escribió la policía en Twitter.
'Historia, lucha y memoria!' fue el lema de la marcha de este año en la capital española del movimiento LGTB (lesbianas, gais, transexuales y bisexuales), particularmente activo.
La manifestación conmemoró el 50 aniversario de los disturbios de Stonewall en Nueva York en 1969, que simbolizan el inicio del movimiento moderno por los derechos de los homosexuales.
España vivía en esa época bajo la dictadura de Francisco Franco, que reprimía duramente a los homosexuales.
La homosexualidad fue despenalizada tres años después de su muerte, en 1978, y pocas décadas después España se convirtió en uno de los países más tolerantes del mundo en esa materia, permitiendo desde 2005 el matrimonio y la adopción a parejas del mismo sexo.
'Yo tengo 53 años y he sufrido lo que he sufrido. Pero los de 63 años han sufrido más, y los de 73 aún más, y lo que yo quiero es que a esa gente se les reconozca, se les ayude', afirmó Manuel Carmona, con una gran bandera del arco iris en mano.
Resurgir de la homofobia
El desfile fue el primero desde la irrupción en las urnas del partido de extrema derecha Vox, para el cual la Marcha del Orgullo Gay es 'una imposición ideológica' de algunos, y que propuso desplazarla a un parque en la periferia de la capital.
'No quieren darse cuenta de que cuando hablamos de derechos LGTB estamos hablando de derechos humanos', declaró a la prensa el ministro del Interior del gobierno socialista, Fernando Grande-Marlaska, quien reivindica su condición de gay y participó en la marcha.
Vox dispone de una minoría de bloqueo en la alcaldía de Madrid y en el parlamento regional, lo que le da poder de negociación con los conservadores del Partido Popular.
'Nadie va a hacer nada en contra de nosotros, porque no va a poder. ¡Esto mueve masas!', dijo Manuel Carmona.
Según los activistas LGTB la oposición a los derechos de esta comunidad crece a lo largo del continente, con políticos populistas en países como Polonia y Hungría que presentan los derechos de los homosexuales como una amenaza a los valores de la familia.
Un caso de homofobia saltó recientemente a los titulares en Reino Unido, donde una joven uruguaya y su novia fueron víctimas de un ataque por negarse a besarse ante un grupo de jóvenes en un autobús de Londres.
La pareja estuvo presente el sábado en la Marcha del Orgullo de la capital británica, que según los organizadores congregó a cientos de miles de personas.
En Budapest, los participantes mostraron carteles con la bandera arcoíris y soltaron globos en una marcha que partió del Parlamento húngaro y recorrió el centro de la ciudad.
Entretanto, los obispos de la conservadora Polonia, un país de mayoría católica, denunciaron a la cadena sueca de muebles Ikea por lo que calificaron de 'adoctrinamiento LGTB', después de que un empleado fuera despedido por negarse a retirar un comentario homófobo que había publicado en la web interna de la compañía.
Los obispos felicitaron al exempleado --quien en su publicación había citado pasajes del Antiguo Testamento-- por su 'valentía' para defender su fe en el día a día de una manera 'ejemplar'.