La tensión en el dosier iraní continuó aumentando su nivel este martes con el anuncio de Teherán de que abandonará más compromisos del acuerdo nuclear de 2015, en un contexto de fuertes fricciones con Estados Unidos.
En el marco de un clima extremadamente tenso con Washington, Irán informó el mes pasado que dejaría de sentirse constreñido por los límites impuestos por el acuerdo celebrado en 2015 en Viena respecto a sus reservas de agua pesada y uranio enriquecido. Así, el umbral de la reserva de agua pesada será franqueado simbólicamente el jueves.
Ayer, no obstante, la República Islámica fue aún mucho más lejos: a partir del 7 de julio, reducirá 'decididamente' los compromisos contraídos en el marco del acuerdo, declaró en una nota, citada por la agencia Fars, el almirante Alí Shamjani, secretario general del Consejo Supremo de Seguridad Nacional (CSSN).
Por su parte, Donald Trump, calificó ayer de 'ignorante e insultante' la respuesta de Irán a su oferta de diálogo tras el anuncio, la víspera, de nuevas sanciones contra este país. 'El comunicado ignorante e insultante de Irán emitido hoy sólo demuestra que no entienden la realidad', tuiteó el mandatario estadounidense.
Las sanciones conciernen al guía supremo iraní, el ayatolá Alí Jamenei, y a altos mandos militares, al tiempo que Trump prometió incluir al ministro de Exteriores, Mohamad Javad Zarif, pese a su oferta de negociación con Teherán.
Con su anuncio, Irán dejará de respetar las restricciones impuestas en cuanto 'al grado de enriquecimiento de uranio' (limitado al 3,67% por el acuerdo de Viena). Además podría reanudar la construcción de un reactor de agua pesada en Arak (centro), interrumpido merced al acuerdo.
Cierre de la vía diplomática. En su nota, el alto funcionario iraní señala la lasitud de Teherán respecto a las promesas de los europeos, que dicen querer salvar el acuerdo desde la retirada unilateral de Estados Unidos en mayo de 2018, pero penan para encontrar los medios para concretarlo.
Ayer, Teherán acusó Washington de haber 'cerrado por completo la vía de la diplomacia', tras su anuncio de nuevas sanciones del lunes.
Trump anunció sanciones contra Jamenei, y la 'semana próxima' contra el jefe de la diplomacia, Mohamad Javad Zarif, rostro visible de la política iraní de distensión con Occidente, por lo que es odiado por los sectores ultraconservadores de su país.
'Al mismo tiempo que llaman a negociaciones, ¡buscan sancionar al ministro de Relaciones Exteriores! Es evidente que mienten', declaró el presidente iraní, Hasan Rohani.
El portavoz de Relaciones Exteriores iraní, Abas Musavi, estimó por su parte que 'imponer sanciones estériles contra el guía supremo de Irán y el jefe de la diplomacia iraní es cerrar de manera permanente la vía de la diplomacia'.
El secretario estadounidense del Tesoro, Steven Mnuchin, precisó que las sanciones iban a congelar 'miles de millones de dólares' de activos del país y agregó que se incluiría a Zarif en la lista de sanciones económicas 'esta semana'.
Irán cometería 'un grave error' si viola el acuerdo nuclear de 2015, advirtió el ministro de Asuntos Exteriores francés, Jean-Yves Le Drian.
En cambio, Moscú, aliado de Teherán, calificó de 'imprudentes' y 'desestabilizadoras' las nuevas sanciones estadounidenses contra Irán, acusando a Washington de intentar 'cortar' las vías de negociación sobre el programa nuclear iraní.
'Sanciones, ¿para qué?', se preguntó Rohani, '¿para congelar los activos del guía? Pero nuestros dirigentes no son como los de los otros países que tienen miles de millones en sus cuentas en el extranjero para que ustedes puedan imponerles sanciones'.
'Esta Casa Blanca sufre problemas mentales. No sabe qué hacer', clamó.
Irán y Estados Unidos rompieron sus relaciones diplomáticas en 1980 tras la Revolución Islámica y la toma de rehenes en la embajada estadounidense en Teherán. Se produjo un acercamiento bajo la administración de Barack Obama, con la conclusión del acuerdo en 2015 por el cual Teherán renunciaba a dotarse del arma nuclear, del que Trump salió unilateralmente a su llegada al poder.
En lo más inmediato, Irán derribó el 20 de junio un dron estadounidense que, consideró, sobrevolaba su espacio aéreo. Asimismo, Washington acusa a Teherán de estar detrás de misteriosos ataques contra barcos petroleros en el mar de Omán, lo que ésta niega rotundamente.
Este martes, Rusia respaldó la versión iraní del incidente del dron. El secretario del Consejo de Seguridad ruso, Nikolai Patrushev, dijo disponer de 'informaciones del ministerio ruso de Defensa' que demostraban que el aparato 'se encontraba en el espacio aéreo iraní'.
Ante el temor de un enfrentamiento, el Consejo de Seguridad de la ONU pidió el lunes 'diálogo'. París, Berlín y Londres, miembros firmantes del acuerdo nuclear con Teherán, abogaron porque se busquen alternativas para bajar la tensión. Pekín hizo un llamado a 'mantener la sangre fría'.