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Opositores convocados por su líder Juan Guaidó marcharán este sábado hacia los principales cuarteles de Venezuela para exigir a la Fuerza Armada que cese su apoyo al presidente Nicolás Maduro, tras el fallido alzamiento del martes.

Los manifestantes intentarán entregar una proclama en la que piden a los militares respaldar un gobierno de transición encabezado por Guaidó, reconocido como mandatario interino de Venezuela por más de 50 países.

El opositor, quien lideró la sublevación junto con su copartidario Leopoldo López, liberado por los insurrectos de su arresto domiciliario, recalcó el carácter pacífico de las movilizaciones.

Disturbios registrados el martes durante la rebelión y el miércoles en protestas contra Maduro dejaron cuatro civiles muertos, 200 heridos y 205 detenidos, según Amnistía Internacional.  

'Si encontramos un piquete no es tratar de pasarlo, es hablarles a los que están ahí, incorporarlos a la lucha. Ellos (el gobierno) van a tratar de generar violencia para intentar mostrar control y generar miedo', dijo el viernes Guaidó.

El mensaje a los militares, añadió, ratifica el 'compromiso' del Legislativo, de mayoría opositora, con una ley de amnistía para quienes den la espalda al gobernante socialista, confrontado a la peor crisis socioeconómica de la Venezuelamoderna.

Guaidó ya había organizado en enero movilizaciones hacia los destacamentos militares para entregar el texto de esa norma. Algunos uniformados lo recibieron; otros lo quemaron.

'Hay que seguir adelante y creer, porque esta es la única manera. Si no, aquí nos hundimos. El quiebre de la Fuerza Armada está sucediendo, lo tenemos a la vista', dijo a la AFP Keyla Pacheco, publicista de 55 años.

Entre Trump y Putin

Este nuevo desafío se produce luego de que Guaidó no logró que la insurrección generara un quiebre en la Fuerza Armada.

La cúpula reiteró su lealtad a Maduro, tras lo cual 25 uniformados pidieron asilo en las embajadas de Brasil y Panamá, y López se refugió en la residencia del embajador de España.

Negando un fracaso, López sostuvo que esa acción 'siempre se planteó como un primer paso' y que 'el quiebre (militar) ha comenzado'.

Guaidó asegura, en tanto, que mantiene conversaciones con oficiales de todo rango que apoyan la salida de Maduro para celebrar nuevas elecciones.

'Las fuerzas de la oposición subestimaron la resistencia de Maduro y su habilidad de enfrentar una presión significativa en las calles', opina Michael Shifter, de Diálogo Interamericano.

La rebelión avivó las tensiones entre Estados Unidos y Rusia en torno a la crisis del país con las mayores reservas petroleras, sobre la cual dialogaron el viernes los presidentes Donald Trump -que no descarta una acción militar- y Vladimir Putin.

Trump ratificó su apoyo a Guaidó luego de que la Casa Blanca, que ha aplicado duras sanciones para asfixiar a Maduro, asegurara que el mandatario estaba listo para huir a Cuba el martes pero Moscú lo disuadió.

Putin declaró, a su vez, que los intentos de un cambio de gobierno 'por la fuerza socavan las perspectivas de una solución pacífica'.

'No es de extrañar que una vez agotada la estrategia de sanciones, con el país destruido, los aliados externos se vean tentados a negociar de manera directa con el sector militar, si éste decide tomar el poder', estima el analista Luis Vicente León.

El llamado Grupo de Lima, formado por una docena de países que respaldan a Guaidó, examinó la evolución de la crisis y decidió tender puentes para que Cuba, aliada de Maduro, participe en la búsqueda de una solución negociada.

Tras la reunión, el primer ministro canadiense Justin Trudeau, cuyo país integra el Grupo de Lima, dialogó telefónicamente con el presidente cubano Miguel Díaz-Canel y le transmitió el objetivo de realizar elecciones 'libres y justas' en Venezuela, según informó Ottawa.

'Resquebrajamiento'

La situación en Venezuela también fue analizada el viernes en el Pentágono. El secretario de Defensa interino, Patrick Shanahan, dijo que Estados Unidos maneja opciones militares 'adaptadas' a las circunstancias en el terreno.

Tras el alzamiento, Maduro dio señales de radicalización al llamar a la Fuerza Armada a no vacilar para desbaratar los planes 'golpistas' de la oposición y Washington, mientras que los altos mandos cerraron filas calificando a Guaidó de 'idiota y vagabundo'.

La Fiscalía solicitó la captura de 18 civiles y militares por su supuesta implicación en lo que Maduro llamó una 'escaramuza golpista', dijo el viernes el titular del organismo, Tarek William Saab.

'Una opción es que Maduro intensifique la represión, que ya es bastante severa', afirma Shifter, quien sin embargo advierte que la situación se puede salir de las manos si algunos oficiales se niegan a ejecutar esas órdenes, lo que provocaría un 'mayor resquebrajamiento'.

Una detención de Guaidó no parece inminente, ante la advertencia estadounidense de que éste sería el 'último error de la dictadura'.