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Bajo la acusación de 'planificar y dar pasos para crear y usar un arma de destrucción masiva para cometer un homicidio masivo' en Los Ángeles, un exmilitar estadounidense fue arrestado por tratar de vengarse de los ataques contra una mezquita en Nueva Zelanda, informó la justicia el lunes.

Mark Steven Domingo, de 26 años, un exsoldado de infantería del Ejército que combatió en Afganistán y profesaba la fe musulmana, fue arrestado el viernes cuando recibió lo que pensaba que era una bomba, entregada por un oficial encubierto del FBI encubierto, que pretendía usar en una manifestación de supremacistas blancos en la portuaria ciudad de Long Beach el fin de semana.

'Quería usar artefactos explosivos improvisados contra civiles inocentes y seleccionó componentes que harían que las bombas fueran aún más mortales para las víctimas a las que apuntaba', dijo el fiscal general adjunto para la Seguridad Nacional, John C. Demers. 'Su arresto hoy mitiga la amenaza que representaba para otros en la comunidad de Los Ángeles'.

'Esta investigación desmanteló con éxito una amenaza muy real (...) que reiteradamente declaró que quería causar el máximo número de bajas', dijo por su parte el fiscal federal Nick Hanna.

Domingo, que será presentado ante la corte este lunes, expresó en internet y a fuentes del FBI su apoyo a la 'violencia yihadista, su deseo de buscar represalia a los ataques contra musulmanes y de convertirse en un mártir'.

- Lealtad al EI -

Domingo expresó apoyo al grupo yihadista Estado Islámico (EI) y aseguró que 'si viniera' le juraría lealtad, según una declaración jurada de la fuente confidencial que colaboró con el FBI para atraparlo.

'Estados Unidos necesita otro Las Vegas 'les dé una muestra del terror que con gusto esparcieron por todo el mundo', escribió en internet, según la fiscalía, en referencia a la masacre liderada por Stephen Paddock en octubre de 2017 contra un festival de música country, que dejó 58 muertos y decenas de heridos.

Después de considerar varias posibilidades, incluidas ataques contra judíos, iglesias y oficiales de policía, Domingo se decidió por la manifestación de supremacistas blancos del domingo, que al final no se dio.

El exsoldado habría pedido a un compañero, que estaba colaborando con las autoridades, que le consiguiera un fabricante de bombas y compró centenares de clavos para una granada fragmentaria.

Después de las publicaciones en línea, una fuente secreta del FBI comenzó una conversación con Domingo que llevó a varios encuentros en persona.

Durante su primer encuentro el 28 de marzo, según una declaración jurada de esa persona encubierta, discutió los posibles blancos de su ataque y contempló disparar desde su auto con un rifle AK-47 que poseía o usar un explosivo.

'Pasó muy rápidamente de hablar de violencia a movilizarse para cometer dicho ataque', dijo el Michael McGarrity, subdirector de la sección de contraterrorismo del FBI. 'Este caso debe recordar al público la necesidad de estar alerta y notificar a la policía si ve un comportamiento sospechoso'.