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Los aspirantes a gobernar España tras las elecciones del domingo mantuvieron en la noche de este martes un debate televisado duro e intenso, con acusaciones constantes, en un intento de atraer al importante número de votantes indecisos.

Entre reproches, interrupciones y reiteradas acusaciones de mentir, el presidente del Gobierno, el socialista Pedro Sánchez; Pablo Casado, principal líder de la oposición (PP, centroderecha); Albert Rivera (Ciudadanos, liberal), y Pablo Iglesias (Podemos, izquierda) disputaron agriamente sobre impuestos, empleo, la cuestión del separatismo en Cataluña, corrupción, aborto o servicios públicos.

El debate, en el canal privado Antena 3, fue más intenso y tenso que el mantenido ayer en la estatal TVE, con un formato más dinámico pero que favoreció también los enfrentamientos.

Sánchez insistió en su estrategia de recordar las medidas que ha tomado su Gobierno en los diez meses que lleva en el poder, especialmente las de carácter social, y las que su partido (el PSOE) promete implantar si continúa en el poder, 'mirando al futuro' y promoviendo la justicia social.