Los rescatistas buscaban este martes a las decenas de personas que podrían haber quedado atrapadas en un edificio que se derrumbó la víspera cerca de Manila tras un potente sismo que dejó al menos 11 muertos, según un nuevo balance.
El balance anterior, anunciado la noche del lunes, daba cuenta de cinco muertos debido al temblor, de magnitud 6,3 según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS).
Este terremoto, que es el más fuerte que sufre la capital filipina en años, se produjo a las 17H11 locales (9H11 GMT) a 40 km de profundidad, con epicentro en Castillejos, en la provincia de Zambales, unos 100 km al noreste de Manila.
Pero fue en la provincia vecina de Pampanga donde se registraron los daños materiales de mayor envergadura y donde murieron 11 personas, según las autoridades filipinas. También resultaron heridas decenas de personas en todo el archipiélago y el balance podría aumentar.
En la zona se desplegaron equipos de socorristas para evaluar los desperfectos, así como en localidades aisladas privadas de electricidad y de medios de comunicación.
En Porac, en la isla de Luzón, se libraba una carrera contrarreloj para retirar las ruinas de un edificio de cuatro pisos derrumbado en el que podría haber una treintena de personas atrapadas.
'Se oye al menos a una persona aún viva', declaró a los periodistas Lilia Pineda, gobernadora de Pampanga. 'Está atrapada bajo losas de cemento'
El temblor también dañó iglesias de hace varios siglos que en los últimos días habían recibido a una multitud de fieles para las misas de Semana Santa, en un archipiélago en el que el 80% de la población es católica.
Filipinas se encuentra en el 'Cinturón de Fuego' del Pacífico, donde la colisión entre placas tectónicas suele provocar sismos y una importante actividad volcánica.
El sismo más mortífero en el archipiélago desde que se miden las magnitudes se produjo en 1976. Murieron miles de personas, según algunos cálculos hasta 8.000