Miles de personas y representantes de decenas de países participaron ayer en Christchurch, Nueva Zelanda, de una ceremonia en memoria de las 50 personas muertas en los ataques a dos mezquitas el 15 de marzo.
La ceremonia comenzó con un canto de lamento maorí, y contó con la presencia de la primera ministra neozelandesa, Jacinda Ardern, y de su homólogo de Australia, Scott Morrison.
El 15 de marzo, el joven australiano Brenton Tarrant, un fanático extremista de ultraderecha, invadió dos mezquitas de Christchurch y abrió fuego indiscriminadamente sobre los fieles, muchos de ellos refugiados provenientes de países musulmanes.
Ayer, la multitud acompañó en silencio la solemne lectura de los nombres de las víctimas mortales, así como los de las 22 personas que aún se recuperan de sus heridas en hospitales locales.