El Papa Francisco decidió suprimir la comisión pontificia encargada del diálogo con la Fraternidad sacerdotal San Pío X (FSSPX), fundada en 1970 por monseñor Lefebvre, lo que significa una nueva etapa en el diálogo con esta comunidad de religiosos tradicionalistas en ruptura con Roma.
Con una carta apostólica ('motu proprio') del 17 de enero y difundida este sábado por la Santa Sede, el papa Francisco anuncia que 'la Comisión pontificia Ecclesia Dei ha sido suprimida'.
El papa indica que las competencias de la comisión 'son asignadas íntegramente a la Congregación para la doctrina de la fe' (CDF), guardiana del dogma de la Iglesia católica y heredera de la Inquisición.
La carta apostólica precisa además que una 'sección' será creada en el interior de la CDF para continuar 'la obra de vigilancia, promoción y tutela' hasta ahora conducida por la Comisión Ecclesia Dei.
Creada por Juan Pablo II en 1988, la Comisión Ecclesia Dei tenía por objetivo principal iniciar un diálogo con los lefebvristas, para llegar un día a su plena reintegración a la Iglesia católica.
Fundada en 1970 por Marcel Lefebvre (1905-1991), la FSSPX tomó rápidamente sus distancias con la Santa Sede, rechazando 'seguir a la Roma de tendencia neomodernista y neoprotestante', nacida según la FSSPX del concilio Vaticano II (1962-1965).
Sus miembros rechazaron muchas reformas litúrgicas adoptadas en la época, como el abandono del uso del latín en la misa en beneficio de las lenguas locales, o la celebración de la misa de frente al auditorio.
La ruptura fue consumada cuando Lefebvre consagró en junio de 1988 a cuatro obispos sin autorización de Juan Pablo II, un gesto castigado con la excomunión.
El Papa Francisco justificó su decisión por el hecho de que los trabajos de la Comisión Ecclesia Dei están ahora dedicados fundamentalmente 'a la naturaleza doctrinal', y que las comunidades que celebran misa en la forma tradicional del rito romano (en latín y el sacerdote de espaldas al auditorio) han alcanzado cierta estabilidad.
Negociaciones para reintegrar progresivamente a los tradicionalistas a la Iglesia católica ya habían sido iniciadas bajo el pontificado de Juan Pablo II y reanudadas por Benedicto XVI.
En 2009, el papa Benedicto XVI quitó la excomunión a los obispos consagrados sin mandato pontificio.
Con buenos lugares para celebrar el culto, los lefebvristas tienen poca influencia en la Iglesia, pues sólo cuentan con unos 600 sacerdotes --de los cuales una cuarta parte en Francia--, de un total de 400.000 sacerdotes en todo el mundo.